Fallece en Sevilla el cantaor Enrique Montoya, creador del calipso-rock

Ayer, hacia las doce de la mañana, falleció en la ciudad sanitaria Virgen del Rocío, de Sevilla, el cantaor y cancionero flamenco Enrique Montoya Fernández. La causa de la muerte se debió a problemas circulatorios de los que estaba siendo tratado últimamente. En la noche del pasado lunes y madrugada del martes fue sometido a una seria intervención quirúrgica en la que se le practicó un injerto de aorta, pero un problema de rechazo hizo imposible su recuperación.Había nacido Enrique Montoya en Utrera (Sevilla) hace 65 años. Con una carrera artística que se extendió a lo largo de medio siglo y e...

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Ayer, hacia las doce de la mañana, falleció en la ciudad sanitaria Virgen del Rocío, de Sevilla, el cantaor y cancionero flamenco Enrique Montoya Fernández. La causa de la muerte se debió a problemas circulatorios de los que estaba siendo tratado últimamente. En la noche del pasado lunes y madrugada del martes fue sometido a una seria intervención quirúrgica en la que se le practicó un injerto de aorta, pero un problema de rechazo hizo imposible su recuperación.Había nacido Enrique Montoya en Utrera (Sevilla) hace 65 años. Con una carrera artística que se extendió a lo largo de medio siglo y en la que trabajó con grandes figuras como Carmen Amaya o Manolo Caracol, fue uno de los casos más representantivos de flamenco que, estando bien dotado para hacer un cante genuino, pronto abandonó esta senda para desviarse hacia toda suerte de invenciones, aflamencando todo aquello que estaba en la onda del momento. Así, se sacó de la manga lindezas como el calipso-rock, el mambo-twist y el chachachá a manta, con algunos de los cuales tuvo considerables éxitos comerciales.

Estimable músico y con facilidad para la guitarra, Montoya encontró en ese filón una manera fácil de vivir de su arte, ya que habitualmente tenía un buen encaje en los espectáculos de variedades. Tenía otra vertiente que le salvaba de la descalificación, pues cuando quiso hacer un arte de cierto fuste recurrió a los versos de García Lorca, Alberti, Fernando Villalón, Benítez Carrasco y otros poetas , llevándolos al cante y la canción afiamencada con gusto y respeto, puesto que les otorgaba un tratamiento sumamente delicado.

Su intensa actividad artística le permitió vivir confortablemente en los últimos años, cuando volvió para quedarse definitivamente en Utrera, de donde sólo salía para actuaciones ocasionales. En esta última etapa de su actividad volvió a los temas de prestigio, olvidándose de antíguas veleidades.

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