La semana mayor de Enrique Ponce

Tres tardes torea Enrique Ponce en la Fira de Juliol de Valencia. Es su semana mayor: en cuatro días consecutivos, tres actuaciones. El proyecto de los gestores de la plaza, consistente en que actuara todas las tardes, no ha cuajado, quizá para bien de la feria y del propio Ponce. De lo bo, poquet, se suele decir en esta tierra.

El torero chivato goza de un cartel sin precedentes en Valencia. Durante la desencajonada del sábado, el crítico taurino Pepe Moreno, que presentaba las corridas, daba por megafonía los carteles, y al pronunciar el nombre de Ponce, el público p...

Tres tardes torea Enrique Ponce en la Fira de Juliol de Valencia. Es su semana mayor: en cuatro días consecutivos, tres actuaciones. El proyecto de los gestores de la plaza, consistente en que actuara todas las tardes, no ha cuajado, quizá para bien de la feria y del propio Ponce. De lo bo, poquet, se suele decir en esta tierra.

El torero chivato goza de un cartel sin precedentes en Valencia. Durante la desencajonada del sábado, el crítico taurino Pepe Moreno, que presentaba las corridas, daba por megafonía los carteles, y al pronunciar el nombre de Ponce, el público prorrumpía en un estruendoso "¡Biééén!". Como los carteles los leía antes y después de desencajoriarse cada corrida, el nombre de Ponce se oyó seis veces y hubo seis "¡Biééén!", con otras tantas ovaciones.

Ni siquiera El Soro ha tenido tanta devoción de sus paisanos. Distinto es lo que vaya a durar este entusiasmo partidario, porque el de Enrique Ponce viene de un año a esta parte y el de El Soro dura una década larga. Cuando El Soro tomó la alternativa ya contaba con miles de seguidores mientras a Enrique Ponce le costó mucho ganarse a la afición de la tierra durante su etapa de novillero. Y eso que entonces ya toreaba muy bien, incluso con mayor pureza. Tuvieron que llegar otras actuaciones triunfales y el espaldarazo de los restantes cosos españoles para que Ponce se convirtiera en ídolo del público valenciano, que grita "¡Biééén!" y rompe a aplaudir con sólo oir su nombre. Y hoy entra ya en la feria, en loor de multitud.