Amnistía Internacional dice que 1992 fue un año negro para los derechos humanos

El pasado 1992 fue un año negro para los derechos humanos en el mundo, de acuerdo con las conclusiones del informe anual de Amnistía Internacional (AI) publicado ayer. La guerra étnica en la antigua Yugoslavia y el conflicto de Somalia encabezaron una larga lista de "espantosascatástrofes" a las que los Gobiernos respondieron de forma egoísta, "según convino a sus intereses" y con "una evidente falta de integridad política".

AI recuerda que "en la antigua Yugoslavia y en Somalia la carnicería alcanzó proporciones aterradoras; miles de hombres, mujeres y niños fueron torturados, perdiero...

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El pasado 1992 fue un año negro para los derechos humanos en el mundo, de acuerdo con las conclusiones del informe anual de Amnistía Internacional (AI) publicado ayer. La guerra étnica en la antigua Yugoslavia y el conflicto de Somalia encabezaron una larga lista de "espantosascatástrofes" a las que los Gobiernos respondieron de forma egoísta, "según convino a sus intereses" y con "una evidente falta de integridad política".

AI recuerda que "en la antigua Yugoslavia y en Somalia la carnicería alcanzó proporciones aterradoras; miles de hombres, mujeres y niños fueron torturados, perdieron la vida o desaparecieron. En países como Chad, China, Irak, Liberia, Perú y Sri Lanka", sigue el informe, "los abusos y las violaciones de los derechos humanos alcanzaron niveles pavorosos".El informe de Amnistía hace especial hincapié en la "doble moral que la comunidad internacional aplica a los derechos humanos", según sean aliados o enemigos los infractores. "Por ejemplo", se dice en las conclusiones, "a finales de 1992 aún no se había producido una tentativa internacional seria de abordar las torturas generalizadas, las ejecuciones y las detenciones administrativas en China".

El informe de 1992 de Amnistía denuncia que el año pasado se produjeron en el mundo 1.708 ejecuciones y 950 "desapariciones" de personas, mientras 4.400 presos permanecían recluidos en cárceles de 62 países de los cinco continentes por motivos de conciencia o políticos.

Este informe, que se ha realizado sobre 161 países y que será presentado hoy en Madrid, destaca que el año fue especialmente "terrible" en Europa en lo que se refiere a las violaciones de los derechos humanos, en la mayoría de los casos por motivos étnicos o racistas. Muchas de estas situaciones se produjeron en Bosnia-Herzegovina y en algunas de las repúblicas de la antigua Unión Soviética.

Además, apunta que 300.000 presos políticos estaban encarcelados sin cargos ni juicio en más de 60 países y que se presentaron denuncias por torturas y malos tratos en cárceles y comisarías en 110 países, donde murieron cerca de 500 personas presuntamente por estas circunstancias.

Mujeres como víctimas

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Anmistía Internacional destaca, entre las principales víctimas de las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo, a las mujeres, que han sido objeto de abusos sexuales en al menos 45 países. Otros grupos especialmente castigados por los abusos han sido los niños y los pueblos indígenas.

En este sentido, Amnistía Internacional, una organización que goza de un reconocido prestigio en todo el mundo, denuncia que "los Gobiernos continúan poniendo la política por delante de las vidas de las personas" y que la reciente Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos de las Naciones Unidas -la primera en 25 años- "ha reafirmado los principios del pasado en lugar de ocuparse de las violaciones de hoy y de las amenazas para el futuro".

Asimismo, las acciones de grupos armados de oposición causaron millares de víctimas y abusos en numerosos países, repartidos por los cinco continentes.

Según Amnistía Internacional, 1992 fue un año "catastrófico" para los derechos humanos en Europa, ya que "la situación empeoró en lugar de mejorar y el origen de muchas de las violaciones fue étnico o racista". En algunos casos se manifestó en forma de actos de violencia por parte de las fuerzas de seguridad, como en Francia, Reino Unido, España o Rumania, o por causa de conflictos armados, como en Bosnia-Herzegovina o Azerbaiyán.

Los objetores de conciencia que se niegan a realizar el servicio militar también han sido objeto de malos tratos o encarcelados, según Amnistía Internacional, en países como Grecia, Finlandia, Rusia, España y Suiza.

Una de las principales preocupaciones de Amnistía Internacional en Europa son los refugiados, sobre todo después de los acuerdos adoptados por la CE que, a juicio de la organización no gubernamental, "no proporcionan las salvaguardias necesarias y que, en muchos casos, dificultarían la búsqueda de protección de quienes huyen de violaciones de los derechos humanos".

Según los datos de Amnistía, se torturó y maltrató en cárceles y comisarías de 22 países europeos y se denunciaron más de 500 ejecuciones extrajudiciales, mientras había presos de conciencia en 15 países.

Críticas al terrorismo de ETA y denuncias por malos tratos policiales

En su repaso a la situación de los derechos humanos en cada uno de los países, Al destaca como principales violaciones en España el terrorismo de ETA y la supuesta brutalidad policial contra algunos detenidos de la banda. Igualmente, cita acusaciones de malos tratos presentadas contra miembros de la Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Municipal de Benidorm y funcionarios de la cárcel Modelo de Barcelona y señala que la situación legal de los objetores de, conciencia es todavía confusa.Amnistía Internacional se refiere a que ha recibido "denuncias de torturas y malos tratos infligidos por las fuerzas de seguridad a algunos detenidos y critica que algunos de los agentes acusados han permanecido en activo mientras los tribunales dictaban sentencia". Asimismo esta organización internacional considera presos de conciencia a los reclutas encarcelados por negarse a prestar el servicio militar por motivos de conciencia y cita casos concretos.

El Ministerio del Interior rebatió ayer las acusaciones y aseguró que la lucha contra el terrorismo es supervisada de forma completa por la Justicia y acusa a los terroristas de ETA de tener la consigna de denunciar sistemáticamente que son torturados tras su detención.

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