GUERRA DE LOS BALCANES

Relevo francés en los 'cascos azules'

El general francés Philippe Morillon acudió ayer, vestido de civil, a Sarajevo para recoger sus pertenencias antes de volver a Francia, tras ser relevado del mando de los cascos azules en Bosnia-Herzegovina. Su sustituto será un británico o un belga. Francia seguirá manteniendo una prominente presencia en la zona, pues el general Jean Cot ha sido nombrado comandante en jefe de todas las fuerzas de la ONU en la antigua Yugoslavia, en sustitución del sueco Lars-Eric Wahlgren. Morillon se hará cargo en un futuro inmediato del mando del Tercer Cuerpo del Ejército, en Lille (norte de Francia...

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El general francés Philippe Morillon acudió ayer, vestido de civil, a Sarajevo para recoger sus pertenencias antes de volver a Francia, tras ser relevado del mando de los cascos azules en Bosnia-Herzegovina. Su sustituto será un británico o un belga. Francia seguirá manteniendo una prominente presencia en la zona, pues el general Jean Cot ha sido nombrado comandante en jefe de todas las fuerzas de la ONU en la antigua Yugoslavia, en sustitución del sueco Lars-Eric Wahlgren. Morillon se hará cargo en un futuro inmediato del mando del Tercer Cuerpo del Ejército, en Lille (norte de Francia).

El valiente e incómodo

J. V. Durante los últimos meses, las radios y televisiones francesas han contado a diario, y con frecuencia en directo, las andanzas de un nuevo héroe nacional: el general Philippe Morillon, de 58 años. Desde la martirizada Bosnia, la voz del general llegaba lejana, metálica, entrecortada por ruidos parásitos. Desde que se convirtió en un escudo humano para los musulmanes asediados por los serbios en Srebrenica, no pasaba una semana sin que Morillon regalara a sus compatriotas, y a todo el mundo, lo que en Francia se llama un beau geste.

Los políticos franceses no podían desautorizar abiertamente a este hombre tan admirado. En público todos alababan su "coraje", pero en privado algunos, en particular su ministro, François Leotard, no ocultaban su irritación ante lo que llamaban "protagonismo" del general.

Morillon es un militar atípico. Sus compañeros le consideran tanto un intelectual como un hombre de acción, y elogian su valentía y su sinceridad.

El general estudió en la academia de Saint-Cyr, hizo la guerra de Argelia y pasó 20 años en puestos de uno y otro lado del río Rin. Habla francés, inglés y alemán y es un especialista en la guerra de blindados.

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