La 'catedral' de Bofill

Madrid inaugurará este mes, con apenas cuatro días de diferencia, dos hitos arquitectónicos: la catedral de la Almudena, que bendecirá el Papa el día 15, y el Palacio de Congresos de Ricardo Bofill, que se estrenará el día 20 con una reunión de 7.000 profesionales de la enfermería. Los obreros del palacio trabajan estos días en turnos de 24 horas para poner el edificio a punto. Mármol curvo y pantallas de cristal lo cubren por fuera. Es como "una roca de 30 metros de altura que puede ser recorrida en toda su extensión", comentan los técnicos. Por dentro se han construido dos auditorios, 21 sal...

Madrid inaugurará este mes, con apenas cuatro días de diferencia, dos hitos arquitectónicos: la catedral de la Almudena, que bendecirá el Papa el día 15, y el Palacio de Congresos de Ricardo Bofill, que se estrenará el día 20 con una reunión de 7.000 profesionales de la enfermería. Los obreros del palacio trabajan estos días en turnos de 24 horas para poner el edificio a punto. Mármol curvo y pantallas de cristal lo cubren por fuera. Es como "una roca de 30 metros de altura que puede ser recorrida en toda su extensión", comentan los técnicos. Por dentro se han construido dos auditorios, 21 salas, una gran terraza cubierta, galerías de comercios y seis restaurantes y cafeterías. Todo ello forma una miniciudad de reuniones que puede albergar a la vez a 8.000 personas. El palacio será el motor de la ciudad de negocios del Campo de las Naciones, situada junto al nuevo Ferial de Hortaleza. Sin embargo, no todas las piezas de la ciudad despegarán al mismo tiempo. Los dos hoteles están llenando ya sus reservas, pero los flamantes edificios de oficinas están prácticamente vacíos. La crisis económica, que está afectando de forma singular al mercado inmobiliario, está restando actividad a una zona que nació para ser el Azca del este. Los precios de los alquileres en el Campo de las Naciones (de 2.000 a 2.500 pesetas el metro cuadrado) están por debajo de lo que se pide en Madrid, pero ni aun así llegan los clientes. Tal como están las cosas, la inmobiliaria Metrovacesa, que tiene unas parcelas sin construir en la zona, va a esperar al menos un año antes de decidir el futuro de sus terrenos.