Entrevista:GUERRA DE LOS BALCANES

"La comunidad internacional tolera el genocidio de los musulmanes"

MAITE RICO ENVIADA ESPECIAL, Ejup Ganic entra en la sala de reuniones del edificio presidencial con andares desgarbados. "Vengo de arreglar uno de los generadores de la casa, que se ha roto con los bombardeos del domingo. Como soy ingeniero, me toca hacer chapucillas", comenta sonriendo. De Ganic se dice que se ha convertido en el más destacado opositor de Izetbegovic. Sus allegados lo niegan, sin embargo, y él insiste en la profunda unidad de los musulmanes de Bosnia.

Pregunta.
¿Ha tenido el acuerdo de Washington alguna influencia en la escalada bélica que se vive en Bosnia en e...

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MAITE RICO ENVIADA ESPECIAL, Ejup Ganic entra en la sala de reuniones del edificio presidencial con andares desgarbados. "Vengo de arreglar uno de los generadores de la casa, que se ha roto con los bombardeos del domingo. Como soy ingeniero, me toca hacer chapucillas", comenta sonriendo. De Ganic se dice que se ha convertido en el más destacado opositor de Izetbegovic. Sus allegados lo niegan, sin embargo, y él insiste en la profunda unidad de los musulmanes de Bosnia.

Pregunta. ¿Ha tenido el acuerdo de Washington alguna influencia en la escalada bélica que se vive en Bosnia en estos dias?

Respuesta. Indudablemente. El acuerdo ha sido el mayor espaldarazo que serbios y croatas han recibido desde el comienzo de la guerra. Se les ha dicho: "Aceptamos como un hecho vuestro control sobre el territorio conquistado militarmente". Se les está demostrando que hicieron bien en no firmar el plan de paz sobre el que hemos estado trabajando durante varios meses. No entendemos qué ha sucedido. Europa no se da cuenta de lo que realmente está sucediendo. La comunidad internacional tolera el genocidio.

P. ¿Ha minado este acuerdo la credibilidad del presidente de Bosnia-Herzegovina, Alia Izetbegovic?

R. Sí, lo ha puesto en una posición muy difícil.Y no sólo a él: a todos nosotros. Nos hemos dado cuenta de que deberíamos ser más agresivos. Pero también ha afectado, y mucho, a la credibilidad de Europa y Estados Unidos.

P. El Gobierno bosnio ha cooperado hasta ahora, al menos en los foros diplomáticos, con las iniciativas de paz adoptadas por la comunidad internacional. Usted habla ahora de la necesidad de una mayor agresividad ¿En qué términos puede cambiar, en estas condiciones, la estrategia bosnia?

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R. El problema es que no tenemos mucho margen de maniobra para cambias nuestra política. Sólo podremos movemos si se levanta el embargo de armas que pesa sobre nosotros. En estos momentos, 10.000 soldados serbios avanzan sobre Gorazde. Cuando la hayan controlado, el siguiente lugar será Sarajevo. Hemos sufrido matanzas y violaciones. Hemos sido expulsados de nuestro territorio. ¿Qué más tenemos que sufrir para que el mundo reaccione? Nosotros vamos a seguir resistiendo. Afrontaremos nuestra muerte con un testigo: la comunidad internacional, la misma que nos ha atado las manos. Nosotros sólo le pedimos una cosa: que levante el embargo y que se marche. Así por lo menos podremos luchar y tener una muerte decente.

P. ¿Existe el peligro de que surjan brechas entre los miembros del Gobierno y del Ejército bosnios?

R. Es cierto que hay discrepancias en momentos muy concretos, pero la realidad es que esta tragedia nos ha unido a todos. Las disputas familiares se mitigan cuando algún pariente muere. El sufrimiento nos ha unido más. Somos muy conscientes de que una división ahora sería fatal.

P. Serbia y Croacia han estrechado sus lazos a nivel político y parece también que en el terreno militar: en el área de Konjic (Herzegovina Occidental) están luchando juntos contra el Ejército bosnio.

R. Sí, eso es cierto. Lo que ahora está sucediendo no son sino las consecuencias de los encuentros entre Slobodan Milosevic y Franjo Tudjman [presidentes serbio y croata, respectivamente] para dividir Bosnia-Herzegovina. No lo hacen en voz alta, claro. Lo que Croacia no sabe es que esta política se volverá contra ella: las milicias serbias siguen atacando su propio territorio.

P. El Gobierno bosnio se encuentra en una situación un tanto extraña: el primer ministro, el croata Mile Akmacic, ha huido, al igual que el viceprimer ministro serbio y los dos croatas miembros del equipo presidencial. ¿No acabará convirtiéndose el Gobierno en el de los musulmanes de Bosnia?

R. Eso es en realidad lo que se ha pretendido. Pero el Gobierno funciona, como funcionaba antes. Hay muchos serbios y croatas leales a este país. De hecho, un 30% de los cargos en la presidencia no son musulmanes. El Ejército bosnio cuenta con un 14% de soldados de origen serbio y un 5% de croatas. Pero la comunidad internacional no los tiene en cuenta: ellos son serbios y croatas de Bosnia-Herzegovina, y ni Radovan Karadzic ni Mate Boban son sus líderes.

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