EE UU espera un compromiso en la nueva ronda de negociaciones árabe-israelíes

Una nueva fase de las conversaciones de paz en Oriente Próximo comenzó ayer en Washington con mejores perspectivas de éxito por una sola razón: todas las partes están ahora verdaderamente apremiadas a obtener resultados, incluido el patrocinador, Estados Unidos, del que se espera que desarrolle un papel importante para hallar un compromiso.

Esta octava ronda de negociaciones, la primera bajo los auspicios de la Administración de Bill Clinton, se desarrolla en medio de unas condiciones de violencia y tensión política en Oriente Próximo muy negativas, pero se ve favorecida por el hecho de...

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Una nueva fase de las conversaciones de paz en Oriente Próximo comenzó ayer en Washington con mejores perspectivas de éxito por una sola razón: todas las partes están ahora verdaderamente apremiadas a obtener resultados, incluido el patrocinador, Estados Unidos, del que se espera que desarrolle un papel importante para hallar un compromiso.

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Esta octava ronda de negociaciones, la primera bajo los auspicios de la Administración de Bill Clinton, se desarrolla en medio de unas condiciones de violencia y tensión política en Oriente Próximo muy negativas, pero se ve favorecida por el hecho de que tanto el Gobierno de Israel como el pueblo palestino, los dos principales protagonistas, necesitan triunfos que puedan satisfacer a sus descontentas opiniones públicas.La representación palestina, presidida por primera vez por Faisal al Huseini, quien hasta ahora había sido vetado por Israel, confía en obtener un acuerdo sobre un periodo interino de autonomía, pero concebido como un primer paso hacia la creación de un Estado palestino, de acuerdo con las resoluciones de la ONU.

Eso podría servir para tranquilizar a los sectores palestinos que se oponían a reanudar las conversaciones hasta que hubieran regresado a su tierra los 400 palestinos deportados por Israel.

Flexibilidad

El Gobierno laborista israelí, por su parte, ha anunciado que está dispuesto a ofrecer flexibilidad en estas conversaciones, a condición de que también se muestren flexibles sus interlocutores árabes. El Gobierno del primer ministro israelí, Isaac Rabin, necesita algunos éxitos que justifiquen su política, tanto ante la izquierda como ante la ultraderecha de su país, ambas intranquilas por la política laborista.El secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, se reunió ayer por la tarde con los líderes de esas dos delegaciones, así como de las demás participantes en estas conversaciones (Siria, Jordania y Líbano), para ayudarles a encontrar una fórmula que rompa el bloqueo existente desde que este proceso negociador comenzó con la conferencia de Madrid en octubre de 1991.

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La última ronda se celebró en Washington en diciembre pasado. Las negociaciones bilaterales entre Israel y los otros tres países árabes tienen mayores posibilidades de éxito, sobre todo si se encuentra una solución para que Israel devuelva el territorio ocupado del Golán a Siria a cambio del reconocimiento diplomático del Gobierno de Isaac Rabin.

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