Sólo tres toros de Sepúlveda fueron aprobados en el reconocimiento

Sólo tres de los siete toros que fueron reconocidos ayer de la ganadería salmantina de Sepúlveda fueron aprobados por el equipo veterinario de la plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Otros tres quedaron pendientes para un nuevo reconocimiento que se llevará a cabo en la mañana de hoy, sábado, y uno fue rechazado.Los aprobados fueron los números 21, 30 y 86, bien presentados, de color negro, muy en el tipo de la casa y del gusto de los representantes de los toreros del cartel. Los tres toros que quedaron "aparcados", los números 71, 24 y 58, lo fueron por su nula movilidad durante el tie...

Sólo tres de los siete toros que fueron reconocidos ayer de la ganadería salmantina de Sepúlveda fueron aprobados por el equipo veterinario de la plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Otros tres quedaron pendientes para un nuevo reconocimiento que se llevará a cabo en la mañana de hoy, sábado, y uno fue rechazado.Los aprobados fueron los números 21, 30 y 86, bien presentados, de color negro, muy en el tipo de la casa y del gusto de los representantes de los toreros del cartel. Los tres toros que quedaron "aparcados", los números 71, 24 y 58, lo fueron por su nula movilidad durante el tiempo que permanecieron en los corrales de la plaza.

La autoridad decidió proceder a un nuevo reconocimiento con más toros de la misma ganadería a la espera de que descansen del largo viaje desde las tierras de Salamanca. Esta decisión no era compartida por los representantes de los espadas, que entendían que los sepúlvedas suelen tener este comportamiento en los reconocimientos, lo cual no implica que no se empleen en la lidia.

En general, los toros de Sepúlveda que han venido en esta ocasión a la plaza de la Maestranza están mejor presentados que los del año pasado. En la feria de 92, formaron parte de uno de los carteles estrella, compuesto por Curro Romero, Espartaco y César Rincón. El primero fue aplaudido en uno y escuchó pitos en el otro; Espartaco fue aplaudido, y Rincón se las tuvo que ver con Carasucia, un Sepúlveda muy encastado, con el que tuvo que emplearse a fondo el toro colombiano, quien obtuvo el premio de la vuelta al ruedo.

Cuando se han celebrado cinco corridas del abono sevillano, pocos han sido los problemas que han tenido los equipos veterinarios a la hora del reconocimiento de los toros. Pocos han sido rechazados y sólo dos se han lidiado bajo la responsabilidad de los ganaderos por sospecha de astas manipuladas: el número 76, Trajeroto, de 589 kilos, el quinto de la corrida de Torrestrella -el Domingo de Resurrección-, al que Espartaco le cortó la primera oreja de la temporada sevillana, y el número 16, de nombre Relámpago, de 557 kilos, cuarto de la corrida de Diego Garrido -el pasado jueves-, que le tocó en suerte a Espartaco Chico, y no le permitió el triunfo en su única actuación en la feria.