La diócesis de BiIbao propone al Vaticano sus candidatos a obispo en una iniciativa inédita

La diócesis de Bilbao ha roto los moldes. Sacerdotes, religiosos y laicos, con su obispo, Luis María Larrea, al frente, han protagonizado una iniciativa sin precedentes en la reciente historia de la Iglesia de España: quieren que el nombramiento del nuevo titular de la diócesis no dependa exclusivamente de los nombres que proponga ante Roma el nuncio, Mario Tagliaferri. Por ello, han presentado al Vaticano, por medio del Consejo Pastoral de Bilbao, su terna de candidatos, y no sólo el perfil que consideran que ha de tener el sucesor de Larrea, que el 19 de abril cumple 75 años edad de jubilac...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La diócesis de Bilbao ha roto los moldes. Sacerdotes, religiosos y laicos, con su obispo, Luis María Larrea, al frente, han protagonizado una iniciativa sin precedentes en la reciente historia de la Iglesia de España: quieren que el nombramiento del nuevo titular de la diócesis no dependa exclusivamente de los nombres que proponga ante Roma el nuncio, Mario Tagliaferri. Por ello, han presentado al Vaticano, por medio del Consejo Pastoral de Bilbao, su terna de candidatos, y no sólo el perfil que consideran que ha de tener el sucesor de Larrea, que el 19 de abril cumple 75 años edad de jubilación eclesial.

Siempre ha habido colectivos de sacerdotes, religiosos o laicos que han realizado campañas para influir en el nombramiento del nuevo obispo de una diócesis. Así lo ha hecho ahora un grupo de sacerdotes de la margen izquierda de la ría de Bilbao, que ha hecho públicos los nombres de sus cuatro candidatos. Pero nadie recuerda, en la reciente historia de la Iglesia de España, que una institución eclesial haya llevado a cabo una iniciativa como la promovida en Bilbao.El Consejo de Pastoral de Bilbao, democráticamente elegido desde la base y máximo órgano de representación de la diócesis, aprobaba, en sesión plenaria celebrada el 7 de noviembre de 1992, la creación de una "comisión de discernimiento" para elaborar una tema de candidatos a suceder a Larrea. El obispo preside el Consejo Pastoral, que está integrado por 78 personas: 42 laicos, 22 sacerdotes y 14 miembros de órdenes religiosas. La comisión, formada por 12 miembros del Consejo distribuidos paritariamente entre sacerdotes, religiosos y laicos, ha elaborado la lista de tres nombres que fue: entregada a finales del pasado mes de febrero al nuncio Mario, Tagliaferri para que la hiciera, llegar a la Congregación para, los Obispos de Roma.

Distante de los poderosos

La lista fue entregada por el vicepresidente del Consejo de Pastoral y rector del seminario de Bilbao, José Luis Achótegui, que acudió a la sede de la Nunciatura Apostólica de Madrid:: acompañado de un laico., Achétegui informó el pasado sábado de esta gestión a la plenaria del Consejo de Pastoral.Junto a la lista con los tres nombres, sobre cuya identidad se mantiene el secreto más absoluto, los representantes del Consejo de Pastoral entregaron al nuncio, también para su envío a Roma, un documento con el perfil o características que ha de reunir el nuevo obispo. Las fundamentales: capaz de trabajar en equipo y valorar la corresponsabilidad y colegialidad y partidario de luchar, en primer lugar, por la justicia y la paz.

Para estos objetivos, según consta en el documento, el futuro obispo debe mantenerse "distante de los poderosos, crítico de la sociedad y al servicio de los pobres". El futuro prelado que en un nivel secundario se considera que ha de saber euskera, debe conocer, eso sí, la situación social de la diócesis, sumida en una profunda crisis económica.

Desagrado del nuncio

La iniciativa del Consejo de Pastoral de Bilbao, según las fuentes consultadas, no ha resultado del agrado del nuncio, que no era partidario de que colectiva o institucionalmente se elaborara una lista de candidatos. Tagliaferri, según estas fuentes, prefería que los consejeros, si lo deseaban, expresaran a título individual sus preferencias. De esta forma, concluyeron, las peticiones, además de tener menos fuerza, podían quedar en el anonimato y no llegar forzosamente a Roma.Esta iniciativa pretende también implícitamente, democratizar al máximo la designación del nuevo obispo de Bilbao, donde hay una fuerte corresponsabilidad desde la asamblea diocesana celebrada entre 1984 y 1987. Si antaño Roma escogía al obispo para una diócesis de entre la tema enviada al Vaticano por el régimen franquista, ahora lo hace fundamentalmente sobre las listas de candidatos enviadas por la Nunciatura Apostólica en España.

Archivado En