El rock polaco canta contra las nuevas élites y la iglesia

"Walesa, ¿dónde están mis 100 millones de zlotys?', canto Kazik Staszewski en el Festival Internacional de la Canción en Sopot (Polonia) el pasado año, burlándose de los fracasados planes del presidente polaco de regalar a cada ciudadano el equivalente de 10.000 dólares. La canción, que no estaba prevista, causó la perplejidad de los organizadores y provocó una reacción oficial de disgusto de la presidencia polaca. Las tiradas de discos de Kazik, mientras, se multiplicaron, afianzando al cantante como nuevo ídolo del rock polaco.

La estrella de Kazik se vio pronto ensombrecida por l...

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"Walesa, ¿dónde están mis 100 millones de zlotys?', canto Kazik Staszewski en el Festival Internacional de la Canción en Sopot (Polonia) el pasado año, burlándose de los fracasados planes del presidente polaco de regalar a cada ciudadano el equivalente de 10.000 dólares. La canción, que no estaba prevista, causó la perplejidad de los organizadores y provocó una reacción oficial de disgusto de la presidencia polaca. Las tiradas de discos de Kazik, mientras, se multiplicaron, afianzando al cantante como nuevo ídolo del rock polaco.

La estrella de Kazik se vio pronto ensombrecida por la del grupo Piersi (Tetas), que provocó el mayor escándalo políticocultural del pasado año. Su canción Ya llega el ZCHN (siglas del partido nacional-católico) batió todos los récords de ventas y de popularidad. Para su éxito, según representantes de la casa fonográfica estatal Polskie Nagrania, fue decisiva no tanto la crítica del clero que ofrece, sino la reacción de los políticos próximos a la Iglesia que intentaron prohibir la canción.

Los dos casos citados no son más que ejemplos de un fenómeno más general. Tras la rebelión contra los comunistas y una cierta desorientación por la caída del sistema autoritario, el rock polaco ha encontrado ya a un nuevo enemigo. Son las nuevas élites políticas y la Iglesia católica.

Música con enemigos

Este fenómeno, en sí, no parece excesivamente sorprendente. "El rock no puede existir sin enemigos", dice Michal Jarkiewicz, jefe de ventas de la casa fonográfica Polskie Nagrania. Lo interesante es el eco que causa entre la juventud y la reacción de las autoridades."Los intentos de limitar la difusión de la canción del grupo Piersi que trata sobre un cura borrachín que va de casa en casa en la época de la Navidad vaciando las botellas, para montarse finalmente en un lujoso Toyota, hicieron que el disco llegara a ser el mejor vendido en todo el año", afirman los especialistas en mercadotecnia de Polskie Nagrania.

El disco compacto empezó a comercializarse en junio pasado y se vendía como otro cualquiera. En septiembre, la Unión Nacional Cristiana anunció que presentaría una querella contra el autor del texto, quien, en su opinión, había violado el artículo 198 del Código Penal, que prohibe. so pena de dos años de cárcel, herir los sentimientos religiosos. "Fue cuando el interés por el disco se ha disparado", confiesan en Polskie Nagrania.

El éxito fue tan rotundo que en diciembre el disco de Piersi consiguió La Musa de Oro, otorgada por Polskie Nagrania. El reconocimiento por esta más importante casa fonográfica estatal polaca es tanto más comprensible por cuanto el disco de Piersi permitió su supervivencia económica durante varios meses. La tirada alcanzó unos 100.000 ejemplares, lo que en Polonia, dada la crisis del mercado, es una cantidad que supera 10 veces las tiradas de otros discos y casetes.

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