El Ayuntamiento se excluye de un plan regional para la recogida de pilas

El Ayuntamiento de Madrid ha decidido boicotear un plan regional, montado por la Agencia de Medio Ambiente (AMA) de la Comunidad, para la recogida de pilas usadas. La campaña consiste en la instalación, por primera vez en España, de 200 grandes contenedores fijos en distintos lugares públicos de los principales municipios del área metropolitana. En Madrid se han empezado a colocar unos 50 de estos contenedores en oficinas de varios departamentos del Gobierno regional y en algunas empresas privadas colaboradoras.Ayuntamiento y Comunidad participaban hasta ahora en una campaña de recuperación de...

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El Ayuntamiento de Madrid ha decidido boicotear un plan regional, montado por la Agencia de Medio Ambiente (AMA) de la Comunidad, para la recogida de pilas usadas. La campaña consiste en la instalación, por primera vez en España, de 200 grandes contenedores fijos en distintos lugares públicos de los principales municipios del área metropolitana. En Madrid se han empezado a colocar unos 50 de estos contenedores en oficinas de varios departamentos del Gobierno regional y en algunas empresas privadas colaboradoras.Ayuntamiento y Comunidad participaban hasta ahora en una campaña de recuperación de pilas botón -las más contaminantes-, promovida por el Ministerio de Obras Públicas y Transportes. La solución estatal (dejar las pilas en las tiendas del ramo para que sus propietarios las envíen por correo y se remitan al único depósito de España, en San Fernando de Henares) ha resultado un fracaso. En la Comunidad se consumieron 39,5 millones de pilas en 1991.

La Concejalía de Medio Ambiente ha rechazado la propuesta de la AMA porque está elaborando una propia que considera más transparente y que podrá controlar mejor. Los técnicos municipales están preparando de hecho las bases para convocar un concurso que cubra este servicio, algo que no ha realizado la Agencia de Medio Ambiente de la Comunidad, que ha adjudicado el proyecto directamente.

La negativa del Ayuntamiento de Madrid a colaborar ha provocado el inconveniente físico de que los contenedores -con compartimentos diferentes para pilas botón, alcalinas y salinas- no estén en la calle y cerca de las casas y también que la iniciativa haya sido sufragada íntegramente por la Comunidad cuando podría haber salido gratis.

La Agencia de Medio Ambiente buscó un patrocinador para financiar los 45 millones de pesetas que costó el plan a cambio de prestar el contenedor como soporte publicitario. La inversión publicitaria, sin embargo, carecía de sentido si los anuncios no podían ser vistos en las calles de Madrid.

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