Mitterrand preside en París la creación de la Academia de las Culturas

"El repliegue sobre sí mismo es la solución más cómoda en tiempos de crisis, pero la misión del intelectual, sobre todo en esos periodos, es ir contra corriente y propugnar la apertura al otro", dijo Elie Wiesel, premio Nobel de la Paz en 1986 y primer presidente de la Academia Universal de las Culturas. Ayer, en la que pudo ser una de las últimas grandes ceremonias de su carrera política, François Mitterrand presidió en París la constitución de la Academia.Instalada en el Louvre, la Academia Universal, fruto de una iniciativa de Mitterrand materializada por Wiesel, está integrada por 70 e...

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"El repliegue sobre sí mismo es la solución más cómoda en tiempos de crisis, pero la misión del intelectual, sobre todo en esos periodos, es ir contra corriente y propugnar la apertura al otro", dijo Elie Wiesel, premio Nobel de la Paz en 1986 y primer presidente de la Academia Universal de las Culturas. Ayer, en la que pudo ser una de las últimas grandes ceremonias de su carrera política, François Mitterrand presidió en París la constitución de la Academia.Instalada en el Louvre, la Academia Universal, fruto de una iniciativa de Mitterrand materializada por Wiesel, está integrada por 70 escritores y artistas de múltiples nacionalidades. Una cuarentena de personalidades forman parte de la nueva institución. Entre ellos, Jorge Amado, Maurice Béjart, Umberto Eco, Federico Fellini, Ismael Kadaré, Octavio Paz, Yehudi Menuhin, Salman Rushdie, Liv Ullman, Antoni Tápies, Mario Vargas Llosa y Jorge Semprún.

Wiesel explicó que existen varias academias nacionales, pero que la cultura tiene ahora una dimensión internacional. "Los conocimientos y los debates saltan de inmediato todas las fronteras: piense en el caso Rushdie o en las discusiones sobre el derecho de injerencia por razones humanitarias. Y no existe un foro internacional permanente donde personalidades del mundo de la literatura, el arte, el pensamiento o la ciencia puedan discutir juntos. Existe la Unesco, pero en ese organismo están representados los gobiernos, mientras que en nuestra Academia los miembros lo serán a título individual".

Wiesel aseguró que la Academia no será un mero foro de reflexión. "Será un laboratorio de ideas y de ideales, pero pretendemos que esté orientada hacia la acción, que cada año se aborde un tema concreto y que durante ese año se promuevan a escala mundial acciones concretas sobre ese tema. Algunos miembros fundadores han propuesto que el tema de 1993 sea "El otro".

Y sobre las principales amenazas de la cultura, Wiesel señala la intolerancia, la xenofobia, el racismo y la miseria. "Ahí estan el renacimiento de las pulsiones xenófobas y racistas en Europa occidental, las guerras por razones nacionales o étnicas en los Balcanes, el resurgir de los integrismos religiosos en Oriente Próximo o las hambrunas de África".

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