Clinton desata hoy una agria batalla política al abrir a vía para que los homosexuales entren en el Ejército

Clinton ha decidido no ceder. Dispuesto demostrar su autoridad desde el primer momento y a poner en práctica su promesa de defender a las minorías frente a los poderes establecidos, el presidente norteamericano tiene previsto anunciar hoy el levantamiento de la ley que prohibe a los homose xuales participar en las Fuerzas Armadas, a pesar de la oposición del Pentágono y de las amenazas de varios congresistas de levantarse por ello contra la Casa Blanca.

Clinton sabe que asume un alto riesgo por una medida que, inicialmente, puede parecer intrascendente, pero, como dijo el portavo...

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Clinton ha decidido no ceder. Dispuesto demostrar su autoridad desde el primer momento y a poner en práctica su promesa de defender a las minorías frente a los poderes establecidos, el presidente norteamericano tiene previsto anunciar hoy el levantamiento de la ley que prohibe a los homose xuales participar en las Fuerzas Armadas, a pesar de la oposición del Pentágono y de las amenazas de varios congresistas de levantarse por ello contra la Casa Blanca.

Clinton sabe que asume un alto riesgo por una medida que, inicialmente, puede parecer intrascendente, pero, como dijo el portavoz presidencial, George Stephanopoulos: "Es de suponer que siempre se corre un riesgo cuando uno trata de mantenerse firme en la defensa de sus principios".Todavía no se conocen con exactitud los detalles sobre los planes de Clinton para levantar la prohibición, aunque se supone que se hará por etapas. En una primera fase, se pondrá fin a los cuestionarios que interrogaban a los aspirantes al Ejército sobre sus hábitos sexuales y se acabará la persecución contra los homosexuales que ya han sido detectados dentro de las Fuerzas Armadas.

Posteriormente, tras una negociación más pormenorizada del secretario de Defensa, Les Aspin, con los mandos militares, se procederá, probablemente en el período de seis meses, a la eliminación formal de la legislación discriminatoria contra los homosexuales.

Bill Clinton no podrá acabar con las normas sobre prácticas sexuales de los soldados que forman parte del código de moral y disciplina militar. Es decir, que la práctica de la homosexualidad seguirá estando prohibida, como ordenan las normas anti sodomía que penan hasta con un año de cárcel a los soldados que practiquen el sexo oral y anal, tanto dentro como fuera de los cuarteles.

Orden ejecutiva

Para no tener que enfrentarse abiertamente al Congreso, Clinton, utilizará, probablemente, la vía de la orden ejecutiva y de directrices ministeriales, que tienen carácter obligatorio pero no exigen ratificación parlamentaria.Habrá que esperar a conocer el anuncio del presidente para saber hasta dónde puede llegar la reacción de los mandos militares y del Congreso. Los miembros del Estado Mayor, que se reunieron el lunes con Clinton, anunciaron que acatarán las ordenes del comandante en jefe, aunque discrepen con ellas. Sin embargo, el más alto cargo militar, el general Colin Powell, advirtió en días pasados que le sería muy difícil mantenerse en su cargo si el presidente seguía adelante con sus planes.

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En el Capitolio, varios congresistas han anunciado ya que emprenderán acciones contra la postura de la Casa Blanca. La minoría republicana en el Senado ha anticipado que, quizá la próxima semana, presentará una propuesta para que la Cámara Alta vote una ley -de mayor peso que las órdenes ejecutivas y ministeriales- contra la participación de homosexuales en las Fuerzas Armadas.

Varios senadores demócratas, entre ellos el influyente presidente del comité de Fuerzas Armadas, Sam Nunn, respaldan la posición de los republicanos, aunque Nunn no es partidario de un enfrentamiento tan radical y rápido con el presidente, sino que prefiere escuchar primero los puntos de vista de una comisión parlamentaria que estudie el caso.

Los congresistas que se oponen al criterio de la Casa Blanca aducen que el sentimiento de la opinión pública es contrario a la participación de los homosexuales en el Ejército. Las encuestas lo confirman. Clinton tiene, sin embargo, el apoyo de los principales medios de comunicación.

La esposa del presidente, Hillary Clinton, que el lunes fue elegida para presidir una comisión especial para estudiar la reforma sanitaria, dedicó ayer más de seis horas, inmediatamente después de su nombramiento, a comunicarse por teléfono con los principales líderes del Congreso para explicarles sus proyectos.

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