Crítica:MÚSICA CLÁSICA

Halffter y Halffter

Emotivo. Halffter hijo, Pedro, dirige un estreno de Halffter padre, Cristóbal: 22 años de impulso int6rpretativo frente a toda una vida para la música. Lleno en el Auditorio: 700 años de la Complutense, festividad de Santo Tomás de Aquino, la continuidad de los Halffter.Se apoya el Beni Creator Spiritus del encargo-celebración en el canto gregoriano, aunque vestido con la dimensión arquitectónica que Cristóbal Halffter da al sonido.

Dos coros, el Orfeón Donostiarra y el de Santo Tomás, en juego dialéctico de encuentros. Obra de pompa y circunstancias, brillante, aun...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Emotivo. Halffter hijo, Pedro, dirige un estreno de Halffter padre, Cristóbal: 22 años de impulso int6rpretativo frente a toda una vida para la música. Lleno en el Auditorio: 700 años de la Complutense, festividad de Santo Tomás de Aquino, la continuidad de los Halffter.Se apoya el Beni Creator Spiritus del encargo-celebración en el canto gregoriano, aunque vestido con la dimensión arquitectónica que Cristóbal Halffter da al sonido.

Dos coros, el Orfeón Donostiarra y el de Santo Tomás, en juego dialéctico de encuentros. Obra de pompa y circunstancias, brillante, aunque quizá menos inspirada que el Dona novis pacem de 1984, estrenada en Cuenca, y sobre todo que el Preludio para Madrid 92, donde todas las artes seductoras y embacaudoras de Cristóbal Halffter se dan cita para demostrarnos que en cierto sentido la música española es un fandango -a lo Soler, claro-, cuando la vitalidad coincide con la esperanza y el humanismo con la polifonía a gran escala.

Obras de Cristóbal Halffter

Veni reator Spiritus (estreno mundial), Dona novis pacem y Preludio para Madrid 92. Sinfonía incompleta de Schubert y Sinfonía sacrae de Gabriel. Orquesta Sinfónica de Madrid. Orfeón Donostiarra. Director: Pedro Halffter. Concierto extraordinario de la Universidad Complutense. Auditorio Nacional. Madrid, 26 de enero.

Pedro Halffter lució en el Preludio sus mejores cualidades, precisión, orden, espíritu racional, control, una energía juvenil contenida. No es poco. Antes, había dirigido la Incompleta de Schubert con corrección y buenas maneras, pero sin que ese "más dentro indescifrable" de la música de Schubert saliese a flote con espontaneidad.

Misteriosa sencillez

Schubert es demasiado misterioso en su aparente sencillez y bastante consiguió Pedro Halffter con el dominio de una partitura que siempre está por encima de lo escrito.Cumplió la Orquesta Sinfónica de Madrid y estuvo el Orfeón Donostiarra excelso, como acostumbra. La noche fue un éxito.

Ver fundidos, entre los aplausos, a Cristóbal y Pedro Halffter, al final del concierto, daba escalofríos de satisfacción. La saga continúa, para bien de la música española. Halffter por Halffter: emotivo.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En