Estoicismo frente a inflexibilidad
La inflexibilidad de Israel es sólo comparable en magnitud al estoicismo de los palestinos deportados que desde hace una semana languidecen sin agua, alimentos ni medicinas en un pequeño campamento, el Campo del Retorno, en el sur de Líbano. Los rigores invernales agravan la situación de los expulsados.
La determinación de los palestinos quedó demostrada ayer, cuando un líder del Movimiento de la Resistencia Islámica Hamas anunció que los desterrados abandonarán el Campo del Retorno únicamente para regresar a sus hogares en los territorios ocupados por Israel de Gaza y Cisjordania....
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
La inflexibilidad de Israel es sólo comparable en magnitud al estoicismo de los palestinos deportados que desde hace una semana languidecen sin agua, alimentos ni medicinas en un pequeño campamento, el Campo del Retorno, en el sur de Líbano. Los rigores invernales agravan la situación de los expulsados.
La determinación de los palestinos quedó demostrada ayer, cuando un líder del Movimiento de la Resistencia Islámica Hamas anunció que los desterrados abandonarán el Campo del Retorno únicamente para regresar a sus hogares en los territorios ocupados por Israel de Gaza y Cisjordania.
"No tienen alternativa. Se quedan allí o regresan a casa", dijo Mohamed Nazal, representante de Hamas en Ammán, en una declaración a la agencia Reuter. "Lo que está ocurriendo", añadió, "confirma nuestra impresión de que no existe diferencia entre Shamir y Rabin y que Rabin puede ser incluso más rudo".
La decisión está inevitablemente destinada a prolongar el sufrimiento de los 415 desterrados. "Sabemos que la situación es bastante mala", dijo Nazal. "La comunidad internacional es responsable de lo que está pasando". Abdul Aziz al Rantisi, representante de los deportados, acusó a Israel de buscar "la lenta muerte de los palestinos. Ésta es una prueba de barbarie".
Enfermos y heridos
El Ejército libanés, entretanto, ordenó el retorno al campamento de ocho de' los deportados que habían sido internados en un hospital en territorio bajo control del Ejército libanés.
Los soldados también impidieron la evacuación de otros cuatro palestinos enfermos. "Nos compadecemos del sufrimiento de los deportados", dijo el primer ministro libanés, Rafiq Hariri, pero no podemos permitirles entrar en nuestro territorio bajo ninguna circunstancia".
El líder palestino Al Rantisi admitió que no se puede descartar que algunos compañeros enfermos sucumban a los rigores del invierno en las próximas semanas: "Si nos toca morir, que así sea. Ése es nuestro destino".