Gaviotas negras

La marea negra provocada por el petrolero 'Mar Egeo' ha, afectado a miles de aves

Como sabían quienes convirtieron a un cormorán afectado por un desastre ajeno a la guerra del Golfo en una de las imágenes más recordadas de este conflicto bélico, las más patéticas víctimas de una marca negra son las aves marinas. Ochenta de ellas, que emigraron del mar del Norte, huyendo del frío y se encontraron con el crudo vertido por el petrolero Mar Egeo, han sido recogidas en el centro de recuperación de la fauna salvaje que la Consejería de Agricultura de la Xunta de Galicia tiene en el puerto de Santa Cruz, en Oleiros (La Coruña). En base a esta cifra, los expertos calculan que miles...

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Como sabían quienes convirtieron a un cormorán afectado por un desastre ajeno a la guerra del Golfo en una de las imágenes más recordadas de este conflicto bélico, las más patéticas víctimas de una marca negra son las aves marinas. Ochenta de ellas, que emigraron del mar del Norte, huyendo del frío y se encontraron con el crudo vertido por el petrolero Mar Egeo, han sido recogidas en el centro de recuperación de la fauna salvaje que la Consejería de Agricultura de la Xunta de Galicia tiene en el puerto de Santa Cruz, en Oleiros (La Coruña). En base a esta cifra, los expertos calculan que miles de aves han resultado afectadas por el petróleo.

En el llamado golfo Ártabro, que comprende las rías de Coruña, Ares-Betanzos y Ferrol, afectadas por el desastre del Mar Egeo, se estima que anidan todos los inviernos unas 20.000 gaviotas, un millar de cormoranes y patos y centenares de otras especies, algunas en peligro de extinción. Ayer, por primera vez, seis pájaros marinos fueron dados de alta. "Tenemos seis patrullas de vigilancia que recorren las costas y coordinan a los cientos y cientos de voluntarios que rastrean en busca de animales afectados", dice Carlos Muñoz, jefe del servicio provincial de Medio Ambiente autonómico, mientras por un transmisor es informado de los avatares de un equipo que, desde dos botes, intenta capturar un cormorán en aguas de la ría de Ferrol.El cormorán o corvo mariño, una de las especies más agresivas sería llevado finalmente al centro de recuperación, por donde pasan al año de 25 a 30 aves afectadas por vertidos contaminantes más discretos que el del Mar Egeo. En sus instalaciones hay tres salas de operaciones habitaciones con jaulas de madera y estanterías llenas de cajas de cartón de las que salen ruidos sordos y aleteos) y una de necropsias para los pacientes que han ingresado cadáveres o no han superado el tratamiento pese a los esfuerzos de tres veterinarios.

"El problema no es limpiarlos, sino las lesiones internas por ingerir petróleo al zambullirse", dice Marta Muñoz, una de los tres veterinarios, mientras le pone al cormorán una especie de camisa-venda y le introduce un tubo en el estómago. "Hay que darles antibióticos, un corticoide que les regula el estrés y después suero y protectores gastrointestinales hasta que puedan comer. Después de 48 horas, son lavados y limpiados".

Para ser una marea negra de más de 70.000 toneladas de petróleo, en costas muy habitadas, 80 aves parecen una escasa muestra de catástrofe ecológica. Según Hábitat, una asociación ecologista local prácticamente especializada en ornitología, "si afortunadamente no hay más aves afectadas es porque la benignidad del clima en el norte de Europa hizo disminuir las bandadas que emigraron".

Recogida polémica

La escasez de aves recuperadas hasta ahora, 80, -últimamente sólo se recogían un par de ejemplares diarios- ha producido incluso polémica.Ezequiel Navío, integrante de un equipo de WWF-Adena, que se desplazó a La Coruña para colaborar en la recuperación de aves afectadas, ha criticado que los servicios de Medio Ambiente de la Xunta capitalizaran todas las tareas de rescate y que tanto los tres veterinarios como los modernos equipos enviados a Galicia permanecieran inactivos. Navío ha considerado que la penuria de medios del centro de Oleiros "ha provocado un porcentaje de mortandad excesivo".

El protocolo del centro de Al Jubail, que se encargó de las aves petroleadas en el golfo Pérsico, estima que una atención adecuada puede salvar a más del 50% de los ejemplares encontrados. En Oleiros ingresaron 12 aves ya muertas, 35 fallecieron después y 33 están en fase de recuperación.

"Cuando se presentaron aquí los de Adena", se defiende Carlos Muñoz, jefe provincial de Medio Ambiente de La Coruña, Ies dije que me parecía un poco precipitado, antes de ver la magnitud de los efectos. Creo que toda colaboración es positiva y sus veterinarios se integraron en nuestro centro hasta que una semana después debieron de decidir que así su protagonismo era pequeño y se fueron".

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