Clinton impone un severo código de conducta a los miembros de su Gobierno

El presidente electo de Estados Unidos, Bill Clinton, impuso ayer un severo código de conducta el más duro que jamás haya existido en la Administración- para los futuros altos cargos de su Gobierno, en lo que supone el cumplimiento de una de sus más repetidas promesas electorales, así como un gran paso para contener la corrupción y la influencia de los grupos de presión en Washington.

Las medidas, anunciadas ayer por el director del equipo de transición de Clinton, Warren Christopher, impiden a cualquier alto funcionario participar en un lobby durante un plazo de cinco años despu...

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El presidente electo de Estados Unidos, Bill Clinton, impuso ayer un severo código de conducta el más duro que jamás haya existido en la Administración- para los futuros altos cargos de su Gobierno, en lo que supone el cumplimiento de una de sus más repetidas promesas electorales, así como un gran paso para contener la corrupción y la influencia de los grupos de presión en Washington.

Las medidas, anunciadas ayer por el director del equipo de transición de Clinton, Warren Christopher, impiden a cualquier alto funcionario participar en un lobby durante un plazo de cinco años después de que abandone su puesto. Igualmente se inhabilita de por vida a los cargos ma s importante a integrar lobbies de Gobiernos extranjeros y se establece un periodo de varios años de espera para que los que formen parte de la Administración puedan después trabajar para grupos de presión de empresas no nortearnericanas."El pueblo norteamericano necesita saber que el salario que se le paga a los funcionarios es por servir al país y no para servir a intereses particulares", declaró Warren Christopher al anunciar estas medidas en una conferencia de prensa celebrada en Little Rock. Todas las personas que acepten un puesto de respon sabilidad en la Administra ción demócrata tendrán que firmar antes un documento en el que se comprometen a cumplir con estas normas, que se convertirán en orden ejecutiva después de que Bill Clinton jure la presidencia, el próximo 20 de enero.

Estas reglas de conducta suponen, de hecho, acabar con la práctica de que los fun cionarios pasen a ocupar, una vez concluido su trabajo en el Gobierno, millonarios cargos en lobbies que utilizaban para su labor de presión las informaciones y los contactos que el personaje contratado habíaadquirido gracias a su servicio público. "Con estas medidas", dijo Christopher, "pretendemos cambiar el clima político en Washington e inaugurar una nueva era de servicio público".

El diario The New York Times informaba ayer, sin enibargo, que estas reglas-destinadas únicamente a los altos cargos- afectarán tan sólo a la mitad de los cerca de 4.000 puestos de funcionarios que tiene que cubrir el nuevo Gobierno. Según el influyen-te diario, Clinton no ha querido hacer más amplia la cobeÍtura de este código de conducita para no disuadir a algunos (le los que podrían ser los colaboradores más capaces. Para Un profesional norteamericano de buen nivel puede no resultar interesante servir durante cuatro años ¡al Gobierno, a sueldos moderados, si después se le limita el acceso a los mucho mejor remunerados salarios de los lobbies.

Bill Clinton se había cornprometido ante el electorado, a acabar con alguno de los fenómenos -principalmente, el del inmenso poder de las grandes compañías y los lobbies- que habían deteriorado extraordinariamente la imia-gen que la opinión pública norteamericana tiene de su Gobierno y de todo lo que :se maneja desde Washington.

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El anuncio de este código de reglas éticas era el preludio que se esperaba para la designación de las personas que integrarán el próximo Gabinete demócrata.

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