Cartas al director

Preguntas

Confieso que mi ignorancia me hacía creer que una devaluación era algo malo. Afortunadamente, el secretario de Estado de Hacienda me sacó de mi error: gracias a la devaluación nuestros exportadores venderán más y, además, como los cientos de miles de millones en divisas que el Banco de España vendió en su inútil esfuerzo de evitar la devaluación fueron adquiridos a un cambio inferior al de su venta, el Banco de España tiene ahora una cantidad de pesetas mucho mayor, lo que permitirá al Gobierno hacer frente a sus compromisos con holgura.Lo único que no comprendí fue la timidez de la medida...

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Confieso que mi ignorancia me hacía creer que una devaluación era algo malo. Afortunadamente, el secretario de Estado de Hacienda me sacó de mi error: gracias a la devaluación nuestros exportadores venderán más y, además, como los cientos de miles de millones en divisas que el Banco de España vendió en su inútil esfuerzo de evitar la devaluación fueron adquiridos a un cambio inferior al de su venta, el Banco de España tiene ahora una cantidad de pesetas mucho mayor, lo que permitirá al Gobierno hacer frente a sus compromisos con holgura.Lo único que no comprendí fue la timidez de la medida: una devaluación de sólo un 6%. En mi opinión, la devaluación tenía que haber sido del 100%, con lo que los beneficios para la economía española serían enormes: nuestros exportadores serían los más competitivos del mundo al vender sus productos literalmente por nada y el país se nos llenaría de turistas, ya que su estancia les resultaría completamente gratuita. Además, el Banco de España podría vender las divisas que le quedan por una cantidad infinita de pesetas (ya que al valer una peseta cero marcos, un marco valdrá infinitas pesetas), y, por tanto, el Gobierno nunca: más tendría problemas de liquidez.

En fin: sólo me queda felicitar a este Gobierno, cuya pericia contrasta con la estolidez y falta de imaginación de los dirigentes de países como Alemania y Japón, cuya visión simplista de la economía, con la que sin duda se identifican los sectores más reaccionarios de este país, es la de que nadie da duros a tres pesetas. Como los hechos están demostrando con claridad cada vez mayor, esa política miope está llevando a esos dos países al fracaso, mientras que gracias a este Gobierno España es la mejor, como decía el estribillo de una canción de los años del régimen (anterior).-

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