La guerrilla salvadoreña inicia la destrucción de su arsenal militar

La guerrilla salvadoreña inició el miércoles, en una jornada calificada dé histórica, la destrucción de su arsenal militar, después de haber obtenido garantías por parte de Naciones Unidas de que el Gobierno de Alfredo Cristiani va a acometer la ansiada depuración de un centenar de oficiales del Ejército involucrados en matanzas y crimenes contra la población civil. Con la chatarra se levantará en San Salvador un monumento a la paz.

El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) escogió la localidad de El Paisanal, a 42 kilómetros de la capital del país, como punto simbóli...

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La guerrilla salvadoreña inició el miércoles, en una jornada calificada dé histórica, la destrucción de su arsenal militar, después de haber obtenido garantías por parte de Naciones Unidas de que el Gobierno de Alfredo Cristiani va a acometer la ansiada depuración de un centenar de oficiales del Ejército involucrados en matanzas y crimenes contra la población civil. Con la chatarra se levantará en San Salvador un monumento a la paz.

El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) escogió la localidad de El Paisanal, a 42 kilómetros de la capital del país, como punto simbólico de esta operación. Allí, un grupo de guerrilleros, en presencia de observadores militares de la ONU, comenzó a destruir, ayudado con sopletes, un conjunto de armas de diferente tipo y origen, desde ametralladoras M-60, de fabricación estadounidense, a lanzacohetes RPG-7, de origen soviético.El FMLN accedió a la destrucción de su armamento después de que el secretario general de la ONU, Butros Gali, revelara que el presidente.Alfredo Cristiani le había entregado la lista de militares, elaborada por una comisión. investigadora independiente, que deberán salir del Ejército en breve por su vinculación a la guerra sucia.

En esta lista, todavía secreta, figuran el ministro de Defensa, René Ponce, y su viceministro, Juan Orlando Zepeda, ambos miembros de la siniestra promoción de La Tandona, que fue la que nutrió de oficiales a las temibles unidades contrainsurgentes, entre ellas el batallón Atlacalt, responsable de la matanza de El, Mozote (1.000 muertos) y del asesinato de los peis jesuitas de la Universidad Centroamericana.

En medios próximos a los comités de defensa de los derechos humanos se le adjudican al general René Ponce 1.585 delitos entre ejecuciones sumarias, torturas, desapariciones, matanzas y agresiones sexuales. El general Zepeda, por su parte, está supuestamente implicado en 527 casos similares.

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