EL FUTURO DE EUROPA

Maastricht comienza a debatirse en los Comunes

E. G. El primer ministro británico, John Major, ha cumplido su promesa: el trámite parlamentario para la ratificación de Maastricht ha empezado antes de fin de año. Durante dos días, una comisión especial se ha dedicado a debatir el asunto.

De acuerdo con los resultados, el trámite va para largo: horas y horas de debate han servido para rechazar una enmienda no especialmente enjundiosa, que sólo pedía la inclusión de las palabras "título primero" en el texto remitido por el Gobierno. Quedan por eliminar casi 500 enmiendas, la mayoría mucho más importantes que la primera, antes de inicia...

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E. G. El primer ministro británico, John Major, ha cumplido su promesa: el trámite parlamentario para la ratificación de Maastricht ha empezado antes de fin de año. Durante dos días, una comisión especial se ha dedicado a debatir el asunto.

De acuerdo con los resultados, el trámite va para largo: horas y horas de debate han servido para rechazar una enmienda no especialmente enjundiosa, que sólo pedía la inclusión de las palabras "título primero" en el texto remitido por el Gobierno. Quedan por eliminar casi 500 enmiendas, la mayoría mucho más importantes que la primera, antes de iniciar la tercera y definitiva lectura, que se realizará línea por línea, del Tratado de Maastricht.

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Los diputados euroescépticos, tanto conservadores como laboristas, han optado abiertamente por el filibusterismo parlamentario: alargar los discursos todo lo posible y emplear todas las triquiñuelas reglamentarias para demorar al máximo la ratificación. William Cash, uno de los más significados enemigos de la unidad europea entre los tories, peroró el lunes durante dos horas y media y consiguió abrumar a todos los prelsentes.

La sesión se suspendió y al día siguiente, al reanudarse, Cash se alzó de nuevo y siguio discurseando sobre la batalla de Trafálgar, los problemas de la pesca y muchos otros asuntos que, según él, eran fundamentales a la hora de decidir si debían incluirse o no las palabras "título primero".

Otra intervención muy celebrada fue la del laborista y conocido anticomunitario Tony Benn, quien pidió la disolución inmediata de la Comisión Europea por no reunir los mínimos requisitos democráticos imprescindibles en las sociedades modernas. Benn sugirió que, de no disolverse, la Comisión debería correr con los gastos de un referéndum en el Reino Unido-.

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