La Comunidad Europea y Estados Unidos acercan posiciones para evitar la guerra comercial

Representantes de Estados Unidos y de la Comunidad Europea (CE) concluyeron ayer dos días de negociaciones en Washington sin un acuerdo preciso sobre el asunto de los subsidios agrícolas, pero con "avances sustanciales" que permiten ser optimistas sobre la posibilidad de evitar una guerra comercial, según se informó al término de una larga jornada de conversaciones. Los negociadores volverán a reunirse antes del 5 de diciembre, fecha prevista para la entrada en vigor de las sanciones anunciadas por EE UU contra los productos agrícolas europeos, con buenas perspectivas de alcanzar un compromiso...

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Representantes de Estados Unidos y de la Comunidad Europea (CE) concluyeron ayer dos días de negociaciones en Washington sin un acuerdo preciso sobre el asunto de los subsidios agrícolas, pero con "avances sustanciales" que permiten ser optimistas sobre la posibilidad de evitar una guerra comercial, según se informó al término de una larga jornada de conversaciones. Los negociadores volverán a reunirse antes del 5 de diciembre, fecha prevista para la entrada en vigor de las sanciones anunciadas por EE UU contra los productos agrícolas europeos, con buenas perspectivas de alcanzar un compromiso gracias a los avances registrados aquí.

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Ray MaeSharry, comisario de Agricultura de la CE, y Frans Andriessen, comisario de Asuntos Exteriores, por parte europea, y Ed Madigan, secretario de Agricultura, y Carla Hills, representante de Comercio, por parte norteamericana, consiguieron superar algunas de las diferencias sobre los límites de la producción europea de soja y otros aceites vegetales, pero no despejaron por completo el camino hacia un acuerdo de mayor alcance en el GATT.Los representantes de ambas partes salieron satisfechos de la reunión, que comenzó con una cena el pasado miércoles, pero la amenaza de la sanciones y de una guerra comercial sigue todavía vigente si europeos y norteamericanos no flexibilizan aún más sus posturas.

Frans Andriessen señaló, al término del encuentro, que se habían hecho "progresos sustanciales". "Estarnos muy cerca del acuerdo. Continuaremos negociando lo antes posible", añadió. El resto de los participantes en la reunión no hicieron declaraciones ni se precisó la fecha en la que volverán a negociar.

Carla Hills se limitó a comentar que las dos partes tenían que revisar algunos aspectos de la negociación antes de volverse a reunir, pero no quiso precisar cuales eran los puntos en los que todavía quedaban discrepancias.

Afortunadamente para la marcha de las negociaciones, la prensa de Estados Unidos apenas se ha hecho eco de los incidentes ocurridos en París en la concentración de agricultores ante la embajada de EE UU -se quemó una bandera estadounidense-, aunque para los observadores norteamericanos éstos son una demostración de que los europeos dan prioridad a su problemas políticos sobre sus compromisos en el GATT.

Diferencias mínimas

Una fuente comunitaria comentó, mientras se celebraba la segunda jornada de conversaciones, que las posiciones de ambas estaban muy próximas. "En realidad, las diferencias en estos momentos son tan mínimas que parece difícil que no se llegue a un acuerdo, ahora o en otra reunión antes del 5 de diciembre", dijo.

El día 5 es la fecha marcada para el inicio de las sanciones (un 200% de arancel) que afectarán a productos agrícolas europeos por un importe de 300 millones de dólares. El Gobierno norteamericano amenazó con estas sanciones después del fracaso de la reunión celebrada el 3 de noviembre en Chicago. Lo que EE UU busca en esta negociación, según medios próximos a la misma, es un mecanismo que le permita controlar que los compromisos sobre la producción de soja y otros aceites vegetales se cumplan. Para ello, un apartado fundamental es la reducción progresiva de subvenciones.

Oficialmente, las autoridades norteamericanas, que se quejan de que la política de subvenciones les hace perder a sus exportadores 1.000 millones de dólares al año, piden que la CE limite su producción de soja a los ocho millones y medio de toneladas al año. Eso supone una reducción de casi cinco millones de toneladas sobre la producción media anual.

Tras los últimos contactos se tiene la impresión de que EE UU estaría dispuesto a ser flexible en esa cantidad de ocho millones y medio de toneladas, a cambio de garantías de una reducción considerable de la producción, aún de forma escalonada. Uno de los problemas para el compromiso es buscar la fórmula que permita dar la razón a EE UU en ese punto sin desautorizar a Francia.

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