Lo que espera a 'Mister Smith' en la capital

Como el admirable personaje que James Stewart encarna en Mr. Smith goes to Washington (titulada en España Caballero sin espada) Bill Clinton llegó ayer a la capital norteamericana con la promesa de poner orden en el lugar donde se mueven los mayores intereses del mundo, una ciudad confortable y tranquila en apariencia que, para los norteamericanos, constituye el símbolo, al mismo tiempo, de todo lo que les enorgullece en la historia y de todo lo que odian en la política.Por primera vez desde que ganó las elecciones, el 3 de noviembre, Clinton deja Little Rock, la insignifican...

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Como el admirable personaje que James Stewart encarna en Mr. Smith goes to Washington (titulada en España Caballero sin espada) Bill Clinton llegó ayer a la capital norteamericana con la promesa de poner orden en el lugar donde se mueven los mayores intereses del mundo, una ciudad confortable y tranquila en apariencia que, para los norteamericanos, constituye el símbolo, al mismo tiempo, de todo lo que les enorgullece en la historia y de todo lo que odian en la política.Por primera vez desde que ganó las elecciones, el 3 de noviembre, Clinton deja Little Rock, la insignificante ciudad de provincias en la que ha estado refugiado para encontrarse con lo que será la realidad de su presidencia, que toma cuerpo en los siguientes apartados:

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El Congreso: pese a todas las promesas de colaboración que ha escuchado en sus reuniones con los líderes, parlamentarios, el Congreso será una barrera entre los propósitos de cambio y su concreción en leyes. Una batalla inmediata será el debate para modificar los poderes de veto presidencial. Si Clinton quiere llevar hasta las últimas consecuencias su revolución ética, tendrá que abordar en algún momento la limitación de los privilegios acumulados en los últimos años por los congresistas.

Los demócratas: algunos dirigentes del Partido Demócrata, como Edward Kennedy o Jesse Jackson, ven con sospechas las ideas de Clinton para transformar el partido y formar un Gobierno en el que tengan cabida los republicanos.

Los republicanos: el partidoque estará en la oposición a partir del 20 de enero ha prometido arruinar la luna de miel de Clinton y aplicar contra el próximo. presidente la, misma estrategia obstruccionista que los demócratas usaron contra George Bush.

El Pentágono: Bill Clinton conoce ya la resistencia de los principales mandos del Ejército a su propuesta de permitir el acceso de homosexuales y lesbianas a las Fuerzas Armadas. Este asunto, que ha sido descrito como la mayor transformación en el Ejército desde que se admitió el ingreso de los negros, promete ser un serio conflicto en los primeros meses de mandato demócrata. Otro de los temas de conflicto potencial es el de los planes de reducción del tamaño de las Fuerzas Armadas.

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La CIA: Robert Gates, el director de esta agencia de espionaje, ha anunciado ya su renuncia a partir del 20 de enero, pero deja por delante el difícil reto de transformar una organización educada en la guerra fría y dirigida por los republicanos durante 12 años.

Los lobbies: Clinton ha prometido reducir la influencia de estos poderosos grupos de presión que representan los intereses de las principales multinacionales, pero la legión de abogados de Washington prepara sus armas para la batalla que se avecina.

La política exterior: es la faceta más abandonada por el Gobierno en estos momentos. Clinton tendrá que tomar decisiones urgentes sobre las negociaciones del GATT, la situación en la antigua Yugoslavia y las conversaciones de Oriente Próximo.

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