Mitterrand da por ganada la batalla "a la especulación internacional"

François Mitterrand, presidente de la República francesa, se felicitó, ante el Consejo de Ministros, de la resistencia del franco a "los ataques de la especulación internacional". "El choque ha sido rudo, pero la batalla ha sido ganada gracias a la buena salud de la economía francesa y a la solidaridad de nuestros amigos alemanes", dijo el presidente. Michel Sapin, ministro de Economía y Hacienda, agradeció al Bundesbank (banco central de Alemania) la ayuda prestada a las autoridades monetarias francesas. Según Sapin, el Banco de Francia tuvo que destinar 160.000 millones de francos para mante...

François Mitterrand, presidente de la República francesa, se felicitó, ante el Consejo de Ministros, de la resistencia del franco a "los ataques de la especulación internacional". "El choque ha sido rudo, pero la batalla ha sido ganada gracias a la buena salud de la economía francesa y a la solidaridad de nuestros amigos alemanes", dijo el presidente. Michel Sapin, ministro de Economía y Hacienda, agradeció al Bundesbank (banco central de Alemania) la ayuda prestada a las autoridades monetarias francesas. Según Sapin, el Banco de Francia tuvo que destinar 160.000 millones de francos para mantener la cotización de la moneda, y una pequeña parte de ese desembolso provino del Bundesbank.El presidente francés explicó que las armas utilizadas para defender el franco fueron el recurso a los préstamos y el alza de los tipos de interés a corto plazo. Esos tipos volvieron ayer al nivel anterior a la crisis monetaria.

Mitterrand declaró también que Estados Unidos "no ha propuesto gran cosa" en la conflictiva negociación sobre exportaciones agrícolas que se desarrolla en el marco del Acuerdo General de Aranceles y Aduanas (GATT). El presidente francés aceptó, ante el Consejo de Ministros, que en las últimas reuniones Estados Unidos ha hecho "concesiones reales" en otros asuntos, pero, añadió, "ninguna verdaderamente importante" en materia agrícola.

Francia se opone con firmeza al deseo norteamericano de imponer una reducción del 24% en el volumen de las subvencionadas exportaciones europeas de cereales. Aceptar una reducción semejante sería lo mismo que desencadenar una revuelta de los agricultores.