Tres editoriales francesas rechazan un texto de Marguerite Duras

Tres editoriales francesas -Gallimard, POL y Editions de Minuit- rechazaron publicar un manuscrito de Marguerite Duras firmado con otro nombre. Las tres fueron víctimas de una operación que las cuestiona en tanto que instituciones culturales. La noticia la ha dado a conocer el diario francés Le Figaro en su suplemento literario. El manuscrito fue presentado bajo el título de Margot et l'mportant y como obra de un tal Guillaume P. Jacquet.

En realidad, el texto era una copia literal, mecanografiada, de L'aprés-midi de M. Andesmas, un viejo relato de Marguerite Du...

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Tres editoriales francesas -Gallimard, POL y Editions de Minuit- rechazaron publicar un manuscrito de Marguerite Duras firmado con otro nombre. Las tres fueron víctimas de una operación que las cuestiona en tanto que instituciones culturales. La noticia la ha dado a conocer el diario francés Le Figaro en su suplemento literario. El manuscrito fue presentado bajo el título de Margot et l'mportant y como obra de un tal Guillaume P. Jacquet.

En realidad, el texto era una copia literal, mecanografiada, de L'aprés-midi de M. Andesmas, un viejo relato de Marguerite Duras que Gallimard reedita periódicamente. Los únicos cambios consistían en modificar los nombres de los personajes: Valérie se transformó en Margot, referencia evidente a la escritora, y Michel Arc pasó a ser Jean-Pierre Papin, un chiste referido al entusiasmo futbolero recientemente confesado por la autora de Llamant. El nombre de Michel se conservaba en homenaje a Michel Platini, ex seleccionador francés, y el apellido Papin se tomaba prestado de Jean Pierre Papin, máximo goleador la temporada pasada del campeonato galo.

Las cartas de respuesta de las editoriales son, en los tres casos, muy breves y parecidas. Minuit y POL son los más suaves ya que se escudan en problemas de criterio editorial: "Desgraciadamente, ya que nuestra producción es muy reducida, nos vemos obligados a mantener criterios muy restrictivos. Y el libro nos ha parecido que no se ajusta a lo que buscamos para nuestras colecciones", explica la segunda de las empresas, mientras la primera es más escueta y técnica en su negativa: "Le devolvemos el manuscrito, que, desgraciadamente, no entra dentro del marco de nuestra política de publicaciones". Los de Gallimard meten la pata con más fuerza, ya que son quienes siguen reeditando el texto que no identifican y porque en su carta confiesan que "el informe de nuestros lectores no ha sido favorable. Por tanto, no podemos retener la obra ni tan sólo para futuros programas editoriales".

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