LA MAESTRANZA

Oportunidad imposible

La ganadería del marqués de Albaserrada fracasa año tras año en la Maestranza de Sevilla. Pero vuelve año tras año. Es uno de los misterios de esta ciudad. Bueno, un misterio hasta cierto punto: el marqués de Albaserrada es miembro de la Real Maestranza de Caballería.De acuerdo con tan tradicional e incomprensible costumbre, la ganadería ha vuelto y ha fracasado. Difícil será encontrar seis novillos más descastados, mansos y peligrosos.

Frente a ellos, una terna de desheredados de la fortuna a la búsqueda de una oportunidad que se presenta imposible. Enrique Molina tiene 26 años y lleva...

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La ganadería del marqués de Albaserrada fracasa año tras año en la Maestranza de Sevilla. Pero vuelve año tras año. Es uno de los misterios de esta ciudad. Bueno, un misterio hasta cierto punto: el marqués de Albaserrada es miembro de la Real Maestranza de Caballería.De acuerdo con tan tradicional e incomprensible costumbre, la ganadería ha vuelto y ha fracasado. Difícil será encontrar seis novillos más descastados, mansos y peligrosos.

Frente a ellos, una terna de desheredados de la fortuna a la búsqueda de una oportunidad que se presenta imposible. Enrique Molina tiene 26 años y lleva siete como novillero; Galante tiene 25 años y tres en el escalafón, y Tomás Zurano, el más joven e inexperto. Los dos últimos, debutantes en Sevilla y, lo que es peor, en la temporada del 92.

Albaserrada / Molina, Galante, Zurano

Novillos de Marqués de Albaserrada, descastados y peligrosos. Enrique Molina: dos pinchazos, media tendida y descabello (silencio); bajonazo (silencio); pinchazo, dos medias atravesadas y cinco descabellos (silencio). Juan José Galante, nuevo en esta plaza: cinco pinchazos y cuatro descabellos (silencio); cogido al muletear al 2º, pagó a la enfermería. Tomás Zurano, nuevo en esta plaza: dos pinchazos y cuatro descabellos (silencio); dos pinchazos y media contraria (ovación). Enfermería: Galante sufre cornada en borde anal con rotura fibrilar mucosa. Pronóstico menos grave. Plaza de la Real Maestranza, 6 de septiembre. Menos de media entrada.

Los tres se encuentran con los novillos del marqués, lo cual tiene grave inconvenientes y sólo alguna ventaja. Lo más que pueden ganar, como ganó Galante; es una cornada. La ventaja es que si vuelven a torear, posibilidad bastante improbable, cualquier otro novillo les debe saber a bombón de chocolate. Por si fueran pocas las complicaciones, ninguno de los tres novilleros llegó a Sevilla con el ánimo de jugarse la vida. Ni siquiera dispuesto a exponer lo suficiente para demostrar que quiere ser algo más que un anónimo figurante en la cola, del escalafón novilleril. Los tres, inexpertos, voluntariosos, pero cortos de valor y decisión. Los tres, a merced de los difíciles novillos del marqués.

Enrique Molina mató tres novillos peligrosos. Voluntad no le falta pero carece de clase. Algún derechazo suelto y poco más.

Galante es el más placeado de los tres. Manejó el capote con cierta soltura y resultó cogido cuando porfiaba de muleta con un animal descastado que se frenaba en la embestida y que le avisó en varias ocasiones. A pesar de los fuertes dolores que le, produjo la herida, no se retiró a la enfermería hasta que acabó con su oponente.

Tomás Zurano se mostró como el más inexperto. Lo mejor de su tarde es que estrenaba traje de luces. Tuvo en suerte el único novillo noble, el quinto, y demostró que había sido una mala suerte. No supo aprovecharlo. Más le hubiera valido otro novillo peligroso. No hubiera evidenciado sus muchas carencias.

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