El Reino Unido cree que el momento es idóneo para un "golpe de timón" en la CE
El Gobierno británico asumirá mañana la presidencia semestral de la Comunidad Europea con la intención de "dar un golpe de timón", que se traducirá en tres grandes objetivos: reducir el poder de Bruselas, moderar los presupuestos, básicamente a costa de los fondos de cohesión, y preparar la entrada de nuevos países miembros. El no danés ha abierto un periodo de reflexión en la Comunidad y ha reforzado los tradicionales argumentos del Reino Unido, en opinión de Tristan Garel-Jones, secretario de Estado para Europa en el Foreign Office.
Tristan Garel-Jones es el Mister Europa del G...
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El Gobierno británico asumirá mañana la presidencia semestral de la Comunidad Europea con la intención de "dar un golpe de timón", que se traducirá en tres grandes objetivos: reducir el poder de Bruselas, moderar los presupuestos, básicamente a costa de los fondos de cohesión, y preparar la entrada de nuevos países miembros. El no danés ha abierto un periodo de reflexión en la Comunidad y ha reforzado los tradicionales argumentos del Reino Unido, en opinión de Tristan Garel-Jones, secretario de Estado para Europa en el Foreign Office.
Tristan Garel-Jones es el Mister Europa del Gabinete británico y ayer presentó ante los corresponsales extranjeros sus planes para el segundo semestre de este año. Los magros resultados de la cumbre de Lisboa hacen que la próxima cumbre, a celebrar en Edimburgo (Escocia) a principios de diciembre, sea de gran importancia.A esas alturas debe saberse ya si los acuerdos de Maastricht han sido o no aprobados por todos los socios comunitarios menos Dinamarca, y cuáles son las intenciones de este último país. "Durante este semestre se producirá un gran debate sobre el destino de la CE, y eso es algo que a nosotros, los británicos, nos gusta", señaló Garel-Jones.
El Reino Unido ha apoyado la continuidad del presidente de la Comisión Europea, el francés Jacques Delors, por otros dos años. Pero eso no significa que Downing Street esté de acuerdo con los incrementos presupuestarios demandados por Jacques Delors y por los cuatro países que son en la actualidad los principales receptores de los fondos comunitarios: España, Irlanda, Portugal y Grecia.
"Queremos imponer un poco de realismo en el gasto: no tiene sentido que nos ajustemos el cinturón en el ámbito nacional, y tiremos la casa por la ventana en Bruselas", señaló Garel-Jones, quien añadió que los británicos "fuimos los primeros en defender la austeridad, pero ya no estamos solos". Alemania, el principal contribuyente a las arcas de la CE, también quiere cerrar el grifo del dinero.
Resaca del referéndum
La resaca del referéndum danés ha mejorado asimismo las perspectivas de ampliación de la CE. "Hasta hace unos meses, éramos muy pocos los que defendíamos la necesidad de dar entrada urgente a países como Austria, Finlandia, Hungría. Ahora esta idea forma parte de la ortodoxia comunitaria, plasmada oficialmente en los documentos de la cumbre de Lisboa", dijo el secretarlo de Estado.
La diplomacia londinense se ha marcado el objetivo de efectuar todos los trámites previos a la ampliación antes de diciembre, "para que las negociaciones oficiales puedan empezar tras la cumbre de Edimburgo". La fecha ideal para la entrada de los nuevos socios sería, según Garel-Jones, el 1 de enero de 1995. "De esta forma, podrían participar plenamente en la revisión de los objetivos comunitarios prevista para 1996", explicó el secretario de Estado.
La presidencia británica tendrá que estar atenta también a posibles sobresaltos en el terreno doméstico. Margaret Thatcher se convertirá hoy, con su ingreso en la Cámara de los Lores, en baronesa Thatcher de Kesteven, y promete hacer todo lo posible para que el Reino Unido rechace los acuerdos de Maastricht.
Los thatcheristas tendrán la primera ocasión de oponerse a la CE esta misma semana, con un debate en ambas cámaras sobre la cumbre de Lisboa que coincidirá con el inicio de la presidencia británica y con la presencia en Londres, por ese motivo, del presidente de la Comisión, Jacques Delors.