Doble revés para España
El resultado del referéndum danés supone un doble revés para España. Primero, pone en peligro el sueño de Madrid de la unidad europea, y, más concretamente, amenaza con retrasar la creación y reducir la dotación presupuestaria del famoso fondo de cohesión.
Previsto por el Tratado de Maastricht, el fondo debería contar, según propone la Comisión Europea, con 1,3 billones de pesetas para el lustro 1993-1997, de las que hasta un 60% podría quedar en manos españolas para financiar así infraestructuras de transporte y proyectos de medio ambiente.
Frente a estos enormes inconvenien...
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El resultado del referéndum danés supone un doble revés para España. Primero, pone en peligro el sueño de Madrid de la unidad europea, y, más concretamente, amenaza con retrasar la creación y reducir la dotación presupuestaria del famoso fondo de cohesión.
Previsto por el Tratado de Maastricht, el fondo debería contar, según propone la Comisión Europea, con 1,3 billones de pesetas para el lustro 1993-1997, de las que hasta un 60% podría quedar en manos españolas para financiar así infraestructuras de transporte y proyectos de medio ambiente.
Frente a estos enormes inconvenientes, las ventajas son escasas.. El proceso de ampliación de la Comunidad Europea a los aspirantes centroeuropeos y nórdicos debería quedar paralizado, y, en consecuencia, el centro de gravedad de la CE no se desplazará demasiado hacia el norte del Viejo Continente, en detrimento del Sur. El rechazo danés no impide, sin embargo, a Alemania y al Reino Unido insistir en la urgencia de iniciar conversaciones con los candidatos, un empeño que se asemeja para España a una huida hacia adelante.
Tras el traspiés danés, los adversarios del tratado en España, o incluso aquellos que consideran que es conveniente acercar la construcción europea a los ciudadanos, preconizan la celebración de un referéndum. Ninguna fuerza parlamentaria se ha pronunciado por la convocatoria de tal consulta, pero sí algunos diarios y personalidades de diversos horizontes. Por eso, aunque el Tribunal Constitucional dictamine esta semana que la ratificación de Maastricht exige retocar la Carta Magna, es harto dudoso que 35 parlamentarios lleguen a forzar un referéndum.