Escombros

España se está convirtiendo en un extenso vertedero. Montañas de desechos se acumulan en los alrededores de cualquier población; más y más basura se apodera de los bordes de carreteras, de caminos, de las vías del tren. Escombros de construcción, neumáticos desgastados, latas de aceite vacías, electrodomésticos y carrocerías viejas, colchones usados, todo ello forma parte de un entorno natural cada día más degradado.Produce desasosiego contemplar impotente este proceso que a nadie parece preocupar. Los grandes temas ecológicos (capa de ozono, selva amazónica, residuos nucleares) sí reciben la ...

España se está convirtiendo en un extenso vertedero. Montañas de desechos se acumulan en los alrededores de cualquier población; más y más basura se apodera de los bordes de carreteras, de caminos, de las vías del tren. Escombros de construcción, neumáticos desgastados, latas de aceite vacías, electrodomésticos y carrocerías viejas, colchones usados, todo ello forma parte de un entorno natural cada día más degradado.Produce desasosiego contemplar impotente este proceso que a nadie parece preocupar. Los grandes temas ecológicos (capa de ozono, selva amazónica, residuos nucleares) sí reciben la atención de la opinión pública; pero los temas pequeños, más inmediatos y cotidianos, pasan desapercibidos. Las pasadas huelgas de la limpieza en el metro de Madrid y en los hospitales de Granada han mostrado una evidencia. En España, fuera del propio hogar, todo se tira al suelo: la bolsa de patatas fritas, el envoltorio del helado, el paquete de cigarrillos vacío, las latas de refrescos, el billete de autobús usado, la propaganda callejera. ¡Ya lo recogerán luego los servicios de limpieza!

Los españoles estamos irritadísimos porque pagamos demasiados impuestos. Sin embargo, nos parece normal que una gran parte tenga que destinarse a limpiar la basura que tan desidiosamente arrojamos por doquier. ¿No podría este mismo dinero emplearse en otra cosa (jardinería, rehabilitación de edificios, conservación del patrimonio, entretenimiento, etcétera)? Lo trágico es que los servicios de limpieza no llegan, no pueden llegar, a todos los rincones del país. Ya tienen suficiente con mantener limpias las calles, el metro y los hospitales.

Mientras tanto, el país se va llenando de basura. Una parte la arrastrarán nuestros ríos, ya bastante degradados con desagües y vertidos sin depurar. Poco a poco un mosaico de plásticos y desechos se desperdigará a lo largo de los cauces. Lo que no quede enganchado acabará desembocando en el mar, ensuciará nuestras costas, contaminará nuestras playas. Pero nadie se siente culpable.

Los que nos gobiernan están ciegos. Los medios de comunicación sólo denuncian los grandes problemas. Entretanto, con la pequeña contribución de todos, España se convierte en el país de los escombros.- Joseba Abaitua. .