Costa Rica: archivo y farmacia

En medio del bosque tropical de Costa Rica, crece una hermosa planta de flores llamativas. Nadie, ningún animal, se atreve a comerla, ni siquiera a tocarla. Sin embargo, una semana al año aparece un insecto que la devora sin contemplaciones. Nada le pasa.

No es un cuento infantil latinoamericano, sino el comienzo de la explicación para profanos que hace Rodrigo Gámez, director del Instituto Nacional de Biodiversidad de Costa Rica (Inbio), sobre el ambicioso plan para convertir este país tropical en una fuente de investigación de la biodiversidad para múltiples usos. "Estos dos seres...

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En medio del bosque tropical de Costa Rica, crece una hermosa planta de flores llamativas. Nadie, ningún animal, se atreve a comerla, ni siquiera a tocarla. Sin embargo, una semana al año aparece un insecto que la devora sin contemplaciones. Nada le pasa.

No es un cuento infantil latinoamericano, sino el comienzo de la explicación para profanos que hace Rodrigo Gámez, director del Instituto Nacional de Biodiversidad de Costa Rica (Inbio), sobre el ambicioso plan para convertir este país tropical en una fuente de investigación de la biodiversidad para múltiples usos. "Estos dos seres", continúa, "pueden dar una pista fundamental para qué se yo la de cosas, por ejemplo, el control de plagas. Y es que investigando la riqueza natural se pueden encontrar sustancias valiosísimas. Organismos minúsculos e insignificantes pueden esconder la solución a problemas gravísimos, como el sida o el cáncer. De ahí la importancia de estudiar la biodiversidad".

Costa Rica guarda una extraordinaria riqueza biológica (se calcula que contiene más de medio millón de especies, de las que se ha analizado un 16%). Ahora está desarrollado, a través de Inbio, un proyecto para convertir un 27% de su territorio en áreas conservadas y dar un vuelco a la economía nacional. Inbio ya firmó en otoño un contrato de 100 millones de pesetas con la multinacional farmacéutica Merck para poner a su disposición bioensayos con vistas a encontrar nuevos antibióticos; ahora mismo, Inbio negocia otros dos grandes contratos.

"La importancia para Costa Rica", cuenta Gámez, "hay que entenderla con un dato: con que participáramos en un 2% de los beneficios de tres fármacos que se vendan bien, Costa Rica atraería tantos ingresos como los que le reportan ahora el café y las bananas". Gámez habla entusiasmado de Inbio y recorre el mundo vendiendo su plan -así llegó al congreso en Madrid- Pero muchos le critican estar vendiendo Costa Rica a las multinacionales.

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