Diplomacia y dinero

El Convenio del Clima es todo un alarde de diplomacia frente a los intereses económicos en el mundo. La fórmula consensuada señala, de forma ambigua y no vinculante, que los países desarrollados deberán tomar medidas para limitar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Se señala como meta ideal que en el año 2000, conjunta o individualmente, no se superen las cotas de 1990.Los países en desarrollo no han conseguido compromisos firmes y precisos de ayuda financiera y transferencia tecnológica por parte de los industrializados para modificar sus políticas energéticas. Según diversas previs...

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El Convenio del Clima es todo un alarde de diplomacia frente a los intereses económicos en el mundo. La fórmula consensuada señala, de forma ambigua y no vinculante, que los países desarrollados deberán tomar medidas para limitar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Se señala como meta ideal que en el año 2000, conjunta o individualmente, no se superen las cotas de 1990.Los países en desarrollo no han conseguido compromisos firmes y precisos de ayuda financiera y transferencia tecnológica por parte de los industrializados para modificar sus políticas energéticas. Según diversas previsiones, el 75% de las emisiones globales de dióxido de carbono (producidas especialmente por el uso de combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo) procederá de los países en desarrollo en el año 2025. El texto de este Convenio del Clima sólo incluye la promesa de recursos "nuevos y adicionales" y de asistencia tecnológica, sin concretar.

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Indica que, de aquí a la entrada en vigor del convenio, será el Fondo Global para el Medio Ambiente, administrado por el Banco Mundial, el mecanismo "interino" que canalice los recursos. El Tercer Mundo quería la creación de otro fondo, sobre el que tuviera más control, mientras que el Norte insistía en que sólo fuera este Fondo. De ahí el truco de añadir: "De forma interina".

El texto ha buscado además un tratamiento especial para los países del este de Europa y antigua Unión Soviética, que tendrán las mismas obligaciones que los desarrollados en cuanto a emisiones, pero no tendrán que transferir recursos al Tercer Mundo.

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