Novillos repuchadores

Couto / Vázquez, Muñoz, Rosa

Novillos de Couto de Fornilhos, con trapío, mansos, flojos y noblotes, excepto 1º y 3º, peligrosos. Javier Vázquez: ovación; silencio. José Antonio Muñoz: ovación; silencio. Ángel de la Rosa: silencio en los dos.

Plaza de Las Ventas, 1 de mayo. 2ª corrida de la feria de la Comunidad. Más de tres cuartos de entrada

La principal característica que mostraron los novillos portugueses de Couto de Fornhilos, aparte de su bella estampa cortejana unida a flojera de remos, fue su gran capacidad para repucharse en su pe...

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Couto / Vázquez, Muñoz, Rosa

Novillos de Couto de Fornilhos, con trapío, mansos, flojos y noblotes, excepto 1º y 3º, peligrosos. Javier Vázquez: ovación; silencio. José Antonio Muñoz: ovación; silencio. Ángel de la Rosa: silencio en los dos.

Plaza de Las Ventas, 1 de mayo. 2ª corrida de la feria de la Comunidad. Más de tres cuartos de entrada

La principal característica que mostraron los novillos portugueses de Couto de Fornhilos, aparte de su bella estampa cortejana unida a flojera de remos, fue su gran capacidad para repucharse en su pelea en varas. En una teórica escuela de repuchadores, estos aventajadísimos alumnos habrían sacado sobresaliente cum laude, para desgracia de los coletudos a los que tocaran en desgracia cuando se lidiasen.Y en desgracia les correspondieron a tres jabatos que pisaron el ruedo venteño como deben hacerlo los novilleros, con rabia, hambre de contratos y dispuestos a comerse el mundo, aunque el banquete final, por culpa de los bicornes, se quedase en una tapita de arte en los casos de Javier Vázquez José Antonio Muñoz. A Ángel de la Rosa, con el lotería deslucido, ni eso le permitieron, por lo que porfió largamente a base de agallas con ellos.

Vázquez, que banderilleó con valor a sus dos enemigos, y Muñoz empataron en largas cambiadas, así como en el brillo que alborearon después al flamear sus percales hasta alcanzar la luminaria del arte, el primero con amplio repertorio, y el segundo a base de verónicas con las manos bajas.

Ese camino llevaban con la franela, Vázquez con mayor reposo y quietud, hasta que los novillos demostraron que sus repuchadas huidas de las nuevas cabalgaduras, a que obliga el reglamento desde ayer en los cosos de máxima categoría, no eran casualidad y quedaron muy reservones e imposibles.

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