Periodistas indeseables

Trípoli rechaza al enviado de EL PAÍS, pese a que tenía visado de entrada

Las autoridades libias han decidido en las últimas horas prohibir la entrada en el país a todos aquellos periodistas occidentales a los que habían concedido el visado de entrada. Asimismo los pocos periodistas que se encuentran en la capital libia han sido conminados a irse. El enviado de EL PAÍS fue víctima de la nueva decisión del régimen del coronel Muammar el Gaddafi. Provisto del preceptivo visado, emitido por la Embajada libia en Madrid, el periodista viajó inicialmente a Casablanca (Marruecos) donde debía conectar con el vuelo de la Royal Air Maroc a Trípoli, que fue cancelado en a...

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Las autoridades libias han decidido en las últimas horas prohibir la entrada en el país a todos aquellos periodistas occidentales a los que habían concedido el visado de entrada. Asimismo los pocos periodistas que se encuentran en la capital libia han sido conminados a irse. El enviado de EL PAÍS fue víctima de la nueva decisión del régimen del coronel Muammar el Gaddafi. Provisto del preceptivo visado, emitido por la Embajada libia en Madrid, el periodista viajó inicialmente a Casablanca (Marruecos) donde debía conectar con el vuelo de la Royal Air Maroc a Trípoli, que fue cancelado en aplicación de las sanciones de la ONU. Desde la ciudad marroquí, voló a Túnez, donde tomó un taxi que debía llevarle a Trípoli, a 750 kilómetros de distancia.

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En el puesto fronterizo de Ras Jedir sorteó sin problemas la aduana tunecina. Ya en territorio libio, el periodista fue retenido en el primer control de los comités populares -verdadero órgano de poder en Libia-, a las cuatro de la madrugada del viernes. Sin mayores explicaciones, los agentes libios, todos de paisano, le impidieron continuar el viaje hacia Trípoli y le obligaron a dar media vuelta.

Cinco horas después, en un vetusto hotel del puesto fronterizo, se le comunicó por teléfono que no se le autorizaba a entrar a Libia, por lo que debía regresar a territorio tunecino. No se le permitió realizar ninguna llamada telefónica a la Embajada de España en Trípoli. Puesto en contacto desde la frontera tunecina con el embajador español en Libia, Pablo Benavides, éste le informó, tras realizar gestiones ante el Ministerio de Asuntos Exteriores libio, que las nuevas disposiciones dictadas por el Gobierno no le permitían la entrada.

El diplomático tuvo conocimiento de que a un periodista de Diario 16 que debía viajar a Libia ayer se le retiró el visado concedido días antes en Madrid. En una de las gestiones ante las autoridades libias, se informó a un funcionario de la Embajada española que el enviado de EL PAÍS debería regresar a la capital española para obtener allí un nuevo visado.

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La frontera de Ras Jedir

La entrada en vigor de las sanciones contra Libia ha tenido como primera consecuencia un fuerte incremento del tránsito de personas que salen de Libia por el puesto fronterizo de Ras Jedir. Numerosos trabajadores extranjeros en el país magrebí, mayoritariamente de Sr¡ Lanka y Filipinas, están abandonando el país, ante el temor de que la presión internacional contra el régimen de Gaddafi pueda degenerar en una confrontación militar. El recuerdo de sus conciudadanos atrapados en Irak durante la guerra del Golfo está en la memoria de muchos. Tensión y miedo caracterizan el clima que impera en la importante comunidad extranjera que vive en Trípoli, según los lacónicos comentarios de los primeros que se han apresurado a cruzar la frontera.

Tras la aplicación del bloqueo aéreo, responsables libios y tunecinos mantienen contactos permanentemente a fin de organizar los servicios de transporte y facilitar la circulación por vía terrestre, en autobuses, de los viajeros procedentes y con destino a Libia.

El presidente tunecino, Zine Al Abidine Ben Afi, se reunió con su ministro del Interior, Abdallah Kallel, quien le presentó un informe sobre la circulación entre Túnez y Libia, tanto en lo que se refiere a viajeros como a mercancías.

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