Checoslovaquia afronta la peor crisis editorial de su historia

Las 3.000 firmas surgidas desde 1989 agonizan y ha cerrado el 80% de las librerías de Praga

Prestigiosas editoriales de Checoslovaquia, como Albatros y Odeon, acaban de ponerse a la venta. Otras miles agonizan, condenadas a la quiebra después de haber conocido una efímera vida, a raíz del boom de publicaciones que se produjo al caer el Gobierno comunista, en noviembre de 1989. En aquella época, el país contaba con unas 30 editoriales de importancia. Actualmente hay más de 3.000 registradas, aunque en realidad algunas sólo han logrado publicar uno o dos títulos. Sólo en Praga ha cerrado el 80% de las librerías. El ministro de Cultura checoslovaco, Milan Uhde, califica la situación de ...

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Prestigiosas editoriales de Checoslovaquia, como Albatros y Odeon, acaban de ponerse a la venta. Otras miles agonizan, condenadas a la quiebra después de haber conocido una efímera vida, a raíz del boom de publicaciones que se produjo al caer el Gobierno comunista, en noviembre de 1989. En aquella época, el país contaba con unas 30 editoriales de importancia. Actualmente hay más de 3.000 registradas, aunque en realidad algunas sólo han logrado publicar uno o dos títulos. Sólo en Praga ha cerrado el 80% de las librerías. El ministro de Cultura checoslovaco, Milan Uhde, califica la situación de alarmante y la atribuye al exceso de oferta y a la práctica desaparición de la red de comercio al por menor.

¿Cuánto se publica hoy en Checoslovaquia? Nadie lo sabe. Lo que sí aseguran fuentes del Ministerio de Cultura checoslovacoo es que miles de títulos, entre ellos obras del actual presidente, Václav Havel, son invendibles a causa de lo que llaman "crisis de sobreproducción" en el mercado de libros.Las leyes hasta ahora adoptadas por el Gobierno de Checoslovaquia son muy flexibles, aseguran los autores. La única limitación que se ha reglamentado ha sido la prohibición de publicaciones de obras que divulguen la ideología fascista y comunista.

Los excedentes producidos sólo en la república checoslovaca alcanzan un valor de cerca de 3.000 millones de pesetas, lo que representa varios cientos de miles de ejemplares. El ministro checoslovaco de Cultura, Milan Uhde, dramaturgo prohibido por la censura comunista antes de 1989, calificó en días pasados la situación de alarmante. Se da la paradoja, comentó Uhde, de que a los literatos checoslovacos que no podían publicar durante el régimen totalitario ahora les ha tocado la mala suerte de convertirse en autores "invendibles", y admitió que "ha sido mal calculada la demanda", aunque "una parte de la responsabilidad", añadió, también la tiene el desmoronamiento total de la red de comercio al por menor de libros.

En los últimos dos años, sólo en la capital, cerca del 80% de las librerías han sido cerradas. La mayoría debido a que fueron desahuciadas por los nuevos propietarios de inmuebles, a quienes se les restituyó esos locales, según la ley sobre devolución de propiedades confiscadas por el régimen comunista después de 1948. Estos nuevos ricos consideraron la venta de libros como poco lucrativa.

De esta manera, las editoriales y librerías en liquidación pasaron a otra fase de la crisis: la falta de almacenes apropiados para guardar los libros. Se han visto obligados a llevar su mercancía a los lugares disponibles, incluso los antiguos establos de cooperativas agrícolas en las proximidades de las ciudades. También el Ministerio de Defensa ofreció para estos fines el refugio antiatómico en Neratovice, al norte de Praga, y el transporte gratuito de los excedentes literarios.

A diferencia de cómo han obrado otros Gobiernos poscomunistas, las autoridades checoslovacas han sido renuentes a permitir la entrada de capital extranjero en las editoriales checoslovacas. Prefieren esperar que culmine el proceso de privatización. Por otra parte, se ha dispuesto que, en el caso de las editoriales, en las nuevas sociedades anónimas que se creen el 70% del capital sea de procedencia nacional.

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