Retrato del proyeccionista privado de Stalin

Andréi Konchalovski estrena en España su película 'El círculo del poder'

El cineasta Andréi Mijalkov Konchalovski conoció a Alexandr Ganshin, el proyeccionista privado de Stalin, en los años setenta. Desde entonces, este niño prodigio del cine soviético, hoy de 53 años, pensó en hacer una película basada en la vida de Ganshin. El filme, que se rodó en Moscú el verano pasado y que se estrena esta semana en España, se llama El círculo del poder. Konchalovski, en tono paternalista, define su película como una parábóla sobre la "ingenua" mentalidad del pueblo ruso."Hablar de Stalin ya no es un tabú en Rusia", dice Konchalovski, guapo, fuerte, culto y con una edu...

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El cineasta Andréi Mijalkov Konchalovski conoció a Alexandr Ganshin, el proyeccionista privado de Stalin, en los años setenta. Desde entonces, este niño prodigio del cine soviético, hoy de 53 años, pensó en hacer una película basada en la vida de Ganshin. El filme, que se rodó en Moscú el verano pasado y que se estrena esta semana en España, se llama El círculo del poder. Konchalovski, en tono paternalista, define su película como una parábóla sobre la "ingenua" mentalidad del pueblo ruso."Hablar de Stalin ya no es un tabú en Rusia", dice Konchalovski, guapo, fuerte, culto y con una educación exquisita -tanto, que pasa inadvertida- El actor Tom Hulce interpreta en el filme a Alexandr Ganshin. "Éste era un papel pensado para Charles Chaplin, pero está muerto. Elegí a Hulce porque resulta ingenuo y cómico, alguien a quien se le pueden perdonar los errores", dice Konchalovski, que ayer presentó en Madrid la película. "Ganshin, que ahora es un hombre de más de 80 años, representa la mentalidad rusa, que es muy ingenua, inocente y políticamente ignorante". Ganshin, que en la película se llama Sanshin, trabajó durante casi 20 años como proyeccionista privado de Stalin, que era un loco del cine y especialmente de los musicales clásicos hollywoodienses. El dictador era para él un padre, Dios. Todavía hoy, según Konchalovski, Ganshin no cuestiona la figura ni la política de Stalin."Stalin existió porque había millones de rusos que creían en él, por la misma razón que existieron Franco y Hitler. Yo no quiero decir que la gente que creyó en ellos era estúpida, esas eran sus convicciones. Es trágico, pero creían en ello. Mi familia era estalinista", señala Konchalovski, que es bisnieto, nieto, hijo, hermano y tío de poetas, aristócratas, pintores, escritores y cineastas. Con su hermano pequeno, Nikíta Mijalkov -el director de Ojos negros y Urga-, dice tener una buena relación. "Me gustan algunas de sus películas. A él le gusta hacer un cine muy arraigado en Rusia, con secuencias largas llenas de símbolos. Mi cine es más cosmopolita. Yo no hago ni cine ruso ni cine americano, es mío. No creo que esto sea ni bueno ni malo, es otra opción. Mi lenguaje ha cambiado después de trabajar en Estados Unidos, ahora no podría hacer una película con un lenguaje tan lento como el ruso", señala.Konchalovski abandonó Moscú en 1980, después del rodaje de Siberiada. Vivió en Paris y Los Ángeles, donde, entre otras, ha realizado Los amantes de María, Homer y Eddie, Shy People y Tango y Cash. Ahora vive en Londres, "una buena ciudad para mi hija pequeña y para mi hijo, que estudia en la Universidad de Cambridge. De todas maneras, tengo mi casa, mi padre y mis hermanos en Moscú. Y mis hijos son rusos".

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