Crítica:NUEVAS MÚSICAS

La extraña pareja

Quienes habían acudido atraídos por el nombre de Michael Nyman se encontraron con la cantante y actriz Ute Lemper. En un escenario poco idóneo para esta mujer, cuyo poder de seducción se extrema en la penumbra de una pequeña sala de cabaré, la cantante alemana salió bastante airosa. Tablas no le faltan. Educada en el canto lírico, ha trabajado en espectáculos de Savary y Béjart y es una espléndida intérprete de Kurt Weill.Song book ha sido el título elegido por Michael Nyman para su obra, sobre textos de Paul Celan, Shakespeare, Mozart y Rimbaud. En ella, el compositor londinense encuen...

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Quienes habían acudido atraídos por el nombre de Michael Nyman se encontraron con la cantante y actriz Ute Lemper. En un escenario poco idóneo para esta mujer, cuyo poder de seducción se extrema en la penumbra de una pequeña sala de cabaré, la cantante alemana salió bastante airosa. Tablas no le faltan. Educada en el canto lírico, ha trabajado en espectáculos de Savary y Béjart y es una espléndida intérprete de Kurt Weill.Song book ha sido el título elegido por Michael Nyman para su obra, sobre textos de Paul Celan, Shakespeare, Mozart y Rimbaud. En ella, el compositor londinense encuentra soluciones musicales inusuales en su trayectoria. Para Nyman, una de las frases de Celan podría ser la clave: "Es el momento de que la piedra haga un esfuerzo por florecer".

Michael Nyman y Ute Lemper

Palacio de Congresos. 1.800 personas. Precio: 2.500 pesetas. Madrid, 12 de febrero.

Precisamente las seis canciones basadas en escritos de Celan ocuparon la segunda parte del recital. Media hora de un conmovedor trabajo, de sonoridades íntimas, donde Nyman deja de hacer de Nyman, en un ejercicio de libertad que no todo el mundo pareció apreciar. Cuanto más se alejaba de la ortodoxia nymaniana, menor intensidad en los aplausos. Lo cual sugiere que todos los públicos tienen tendencia a reaccionar de forma parecida: pidiendo más de lo mismo, de aquello que ya han asimilado, y pretendiendo que el artista se repita una y otra vez. Fue un concierto que hubiera complacido a muchos de los que afirman detestar la música de Nyman y que en cambio dejó fríos a bastantes de los que se proclaman adictos.

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