30.000 iraquíes permanecen recluidos en Arabia Saudí

Más de 30.000 iraquíes que huyeron de la guerra del Golfo viven internados en dos remotos campamentos del desierto saudí y su futuro se toma cada día más sombrío a medida que Sadam Husein se afianza en el poder. La existencia de esos campamentos, confirmada ayer a EL PAÍS por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), da una nueva dimensión al coste humano de la Operación Tormenta del Desierto, cuyo primer aniversario, hoy, producirá seguramente más recuerdos del avance tecnológico en el campo militar que de la tragedia de cercade cuatro millones de personas desplazadas por el conf...

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Más de 30.000 iraquíes que huyeron de la guerra del Golfo viven internados en dos remotos campamentos del desierto saudí y su futuro se toma cada día más sombrío a medida que Sadam Husein se afianza en el poder. La existencia de esos campamentos, confirmada ayer a EL PAÍS por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), da una nueva dimensión al coste humano de la Operación Tormenta del Desierto, cuyo primer aniversario, hoy, producirá seguramente más recuerdos del avance tecnológico en el campo militar que de la tragedia de cercade cuatro millones de personas desplazadas por el conflicto.Artawiyah es un punto minúsculo en el mapa de Arabia Saudí, aproximadamente a 300 kilómetros al norte de Riad. Allí, entre dunas frías y centinelas saudíes, transcurre calladamente el drama de cerca de 12.000 prisioneros de guerra iraquíes.

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Más al norte, prácticamente sobre la frontera con Irak, en un campo pegado a un caserío llamado Rafha, viven otros 20.000 iraquíes, en su mayoría civiles. Ninguno de ellos ha contado su tragedia, nadie ha visto a un fotógrafo.

Un año después del estallido de la guerra que les obligó a abandonar lealtades y hogares, lo único que esos iraquíes pueden esperar es que el Gobierno, de Arabia Saudí siga respetando la Cuarta Convención de Ginebra.

Según Jean-Philippe Lavoyer, subdirector regional del campamento internacional de refugiados del CICR, la perspectiva de verse forzados a regresar a Irak equivale, para muchos de esos iraquíes a "un suicidio".

Los internados de Artawiyah son el saldo de cerca de 70.000 prisioneros de guerra capturados por las fuerzas aliadas en territorio saudí en las primeras horas de la breve pero demoledora ofensiva terrestre que culminó con la liberación de Kuwait el 26 de febrero pasado. La mayoría de ellos fueron repatriados gradualmente. Los que se quedaron estaban aterrorizados de regresar derrotados.

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Según el CICR, el campamento de Rafha, en cambio, está formado por iraquíes que huyeron de la furia de Sadam cuando los shiíes del sur de Irak, alentados por las fuerzas aliadas, se sublevaron contra el. régimen de Bagdad. "Son civiles, familias enteras que cruzaron hacia Arabia Saudí pidiendo refugio" dijo Lavoyer. "Todos, incluso los ex prisioneros de guerra, son considerados como refugiados, y, por tanto, les ampara la Convención de Ginebra", agregó.

Friáldad en Kuwalt.

Kuwaít, que envió aviones jumbo a diversos países para recoger a los invitados al primer aniversario del estallido de la guerra contra Irak, ha decidido postergar el único acto conmemorativo. Parece que el motivo es ahorrarse críticas y no competir con las celebraciones de Bagdad, donde la madre de todas las batallas curiosamente sigue siendo definida como un triunfo árabe. Así, el Parlamento de Irak decidió por unaminidad condecorar a Husein "por su papel en la guerra del Golfo", según la agencia oficial iraquí.

Funcionarios gubernamentales dijeron que la Conferencia Internacional de Solidaridad con los 2.101 prisioneros de guerra y desaparecidos kuwaitíes, que espera reunir a numerosas personalidades del mundo islámico, será inaugurada el domingo.

En medios diplomáticos se asegura que el emir ha percibido que muchos kuwaitíes se oponen a dar realce a esta fecha porque ello eclipsaría el papel de la resistencia kuwaití duran te los siete meses de ocupación y daría "todo, el crédito a los norteamericano?. De acuerdo con esta versión, el Gobierno es partidario de celebrar el aniversario el 26 de febrero, el día que Kuwait fue líberado por las fuerzas aliadas. Una joven universitaria kuwáití ofreció una explicación más cándida: "Mejor no hacer nada mañana", dijo. ¿Para qué? Es viernes (fiesta musulmana). Además, la CNN no ha mandado a nadie a Kuwait. Se han vuelto a Bagdad y no hacen mas. que hablar de lo que pasa en Irak".

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