LA TEMPORADA MADRILEÑA DE 1991

César Rincón, triunfador absoluto en Las Ventas

El diestro colombiano, Ortega Cano, Juan Cuéllar y Manolo Sánchez, únicos toreros que abrieron la puerta grande

Cuatro salidas a hombros por la puerta grande en cinco actuaciones y nueve orejas cortadas, es el balance artístico, sin precedentes, que obtuvo el diestro colombiano César Rincón durante 1991 en Las Ventas, con el que se proclama triunfador absoluto e indiscutible de la temporada madrileña.Las actuaciones de César Rincón, algunas de ellas verdaderamente emotivas, convirtieron a este torero, prácticamente desconocido antes de empezar la Feria de San Isidro, en la figura más importante del año, y sus éxitos. de Madrid los refrendó en mucha otras plazas, en las que también salió a hombros por la...

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Cuatro salidas a hombros por la puerta grande en cinco actuaciones y nueve orejas cortadas, es el balance artístico, sin precedentes, que obtuvo el diestro colombiano César Rincón durante 1991 en Las Ventas, con el que se proclama triunfador absoluto e indiscutible de la temporada madrileña.Las actuaciones de César Rincón, algunas de ellas verdaderamente emotivas, convirtieron a este torero, prácticamente desconocido antes de empezar la Feria de San Isidro, en la figura más importante del año, y sus éxitos. de Madrid los refrendó en mucha otras plazas, en las que también salió a hombros por la puerta grande. Es, en consecuencia, el torero que mejores expectativas despierta y más alta cotización .va a tener en la temporada española de 1992, que empieza dentro de un par de meses.

Entre los 107 toreros que actuaron en Las Ventas durante 1991, sólo cuatro consiguieron salir a hombros por la puerta grande: Rincón, Ortega Cano, Juan Cuéllar y el novillero Manolo Sánchez. Ortega Cano cortó cuatro orejas en tres actuaciones; Sánchez, tres, en cinco, y Cuéllar, dos, en tres festejos. Los toreros que más tardes torearon en Madrid fueron, con un total de cinco actuaciones, César Rincón, Víctor Mendes y Manolo Sánchez, y con cuatro, Curro Vázquez, Frascuelo, Enrique Ponce, Pepe Luis Martín, El Tato y Ángel Martínez, estos dos últimos, novilleros.

En los cerca de 70 festejos de la temporada, los matadores de toros cortaron un total de 25 orejas (más de la tercera parte, Rincón), y los novilleros, ocho (más de la tercera parte, Manolo Sánchez). Avisos hubo un total de 51, y quien más veces los recibió, entre matadores y novilleros, fue, curiosamente, Rincón.

Los diestros que consiguieron trofeos -una oreja cada uno, excepto cuando se indica otra cifra-, fueron, por orden alfabético, los siguientes: matadoresde toros, José Luis Bote, Pedro Castillo, Eloy Cavazos, Frascuelo, Pepe Luis Martín, Julio Norte, Ortega Cano (cuatro), Enrique Ponce, José Luis Ramos y César Rincón (nueve); y entre los novilleros, Joaquín Díaz, óscar Higares, Ángel Martínez (dos), José Rubén y Manolo Sánchez (tres).

Resultaron heridos de gravedad Luis Reina (con una de las cogidas más impresionantes del año), Pedro Castillo, Juan Ramos y Fernando Lozano.

El pobre balance de trofeos que -a salvo el caso de Rincón- ofrece la temporada, quizá no refleje la calidad de los espectáculos que se pudieron ver en Las Ventas. Como es sabido, el público madrileño es mucho más exigente que el de los restantes cosos, considera que el premio de oreja tiene especial valor, y aquilata al máximo la petición de estos galardones. Otro factor determinante es el toro, cuya presencia, fortaleza y casta suele ser en Madrid incomparablemente mayor que en el resto de las plazas y, por tanto, presenta más dificultades para el lucimiento de los toreros.

Prácticamente todos los matadores que se encuentran en activo tuvieron presencia en los carteles de la temporada, y de ellos, ocho confirmaron la alternativa. Entre los 45 novilleros que actuaron en Madrid, 18 hacían su debú y, aquellos que lograron lucidas actuaciones, repitieron en el mismo coso, algunos varias veces, como son los casos de El Tato y Ángel Martínez.

Por otra parte, hubo una asistencia de público notablemente superior a la " de la temporada 1990, aunque esta ya había sido importante. En las corridas de las ferias se llenó la plaza todas las tardes y también se produjeron llenos en otros festejos.

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