El vicepresidente ruso acusa a Yeltsin de caos y anarquía

El vicepresidente de Rusia, Alexandr Rutskói, continúa su línea de abierta oposición al líder ruso, Boris Yeltsin, afirmando que no hay autoridad ni democracia en la república, sino anarquía y caos.

Rutskói, un militar de carrera y héroe de Afganistán, insiste en atacar la política económica del Gabinete ruso, que ahora encabeza el mismo Yeltsin, criticando que se liberalicen los precios sin que antes se privaticen los comercios y fábricas y se realice la reforma agraria.

"En Rusia no hay democracia. Lo que hay es una total falta de autoridad, reina el caos y la anarquía", declar...

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El vicepresidente de Rusia, Alexandr Rutskói, continúa su línea de abierta oposición al líder ruso, Boris Yeltsin, afirmando que no hay autoridad ni democracia en la república, sino anarquía y caos.

Rutskói, un militar de carrera y héroe de Afganistán, insiste en atacar la política económica del Gabinete ruso, que ahora encabeza el mismo Yeltsin, criticando que se liberalicen los precios sin que antes se privaticen los comercios y fábricas y se realice la reforma agraria.

"En Rusia no hay democracia. Lo que hay es una total falta de autoridad, reina el caos y la anarquía", declaró el vicepresidente ruso en una entrevista publicada ayer por el diario Nezavísimaya Gazeta [pero realizada el día 5], después de acusar a "esa misma gente que consagró su vida a enseñar el comunismo científico" de desencadenar una "caza de brujas" contra los que ocuparon algún puesto en el disuelto partido comunista. Rutskói, sin embargo, se cuida bien de atacar personalmente a Yeltsin. "Pase lo que pase, siempre mi actitud hacia Borís Nikoláyevich será en extremo bondadosa. Le agradezco al destino el haberme juntado con una persona como él. Y quisiera continuar trabajando junto con él", dice Rutskói, quien al mismo tiempo se queja de que en el medio año que lleva como vicepresidente ni una sola vez ha logrado tener una conversación larga y abierta con Yeltsin. "Se lo he pedido: encontremos un par de horas y conversemos. Pero allí los que le rodean hacen todo para asegurarse de que sólo un grupo de elegidos tenga acceso [al presidente]", explica.

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El malo de la película, según Rutskói, es el actual primer viceprimer ministro, Guennadi Burbulis, quien ha tratado de "determinar el lugar del vicepresidente". Y no sólo de él. "A todos nos ha puesto en marcos cómodos para él".

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