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EE UU propone una conferencia internacional en enero para coordinar la ayuda a la URSS

Estados Unidos ha propuesto la celebración, el próximo mes de enero, en Washington de una gran conferencia internacional para coordinar la ayuda a la Unión Soviética. A laconferencia serán invitados, según anunció ayer el secretario de Estado norteamericano, James Baker, las principales potencias industriales del mundo y los países que participaron como sus aliados en la coalición antiiraquí durante la guerra del Golfo. El discurso del secretario de Estado norteamericano, que diseña la nueva política hacia la URSS, encierra la idea de crear una especie de comité de liquidación de la Unión Sovi...

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Estados Unidos ha propuesto la celebración, el próximo mes de enero, en Washington de una gran conferencia internacional para coordinar la ayuda a la Unión Soviética. A laconferencia serán invitados, según anunció ayer el secretario de Estado norteamericano, James Baker, las principales potencias industriales del mundo y los países que participaron como sus aliados en la coalición antiiraquí durante la guerra del Golfo. El discurso del secretario de Estado norteamericano, que diseña la nueva política hacia la URSS, encierra la idea de crear una especie de comité de liquidación de la Unión Soviética.

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"El presidente propone que empecemos a organizar una conferencia de coordinación para dividir mejor nuestro trabajo y responsabilidades con el objetivo de aumentar la ayuda humanitaria que la Unión Soviética necesita inmediata y drásticamente", dijo Baker en una conferencia pronunciada en la Universidad de Princeton.El Gobierno norteamericano trata, de esta manera, de tomar la iniciativa internacional para contribuir a la solución de una crisis que, según los servicios de información estadounidenses, es la principal amenaza de desestabilización mundial en estos momentos. Para ello, el presidente Bush ha optado por repetir la fórmula de una coalición internacional, que tan buenos resultados le dio durante el conflicto de Kuwait.

El portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, anunció que el vicesecretario de Estado, Lawrence Eagleburger, el hombre de máxima confianza de Baker, actuará como coordinador de la asistencia norteamericana a las repúblicas soviéticas.

James Baker explicó que Washington tiene previsto invitar a esa conferencia a "las democracias industrializadas más avanzadas, a los países del centro y el este de Europa, a los miembros de la coalición de la guerra del Golfo y a las instituciones financieras internacionales" para reunirse con Estados Unidos en "Washington a principios de enero para buscar la mejor forma de ayudar a la Unión Soviética en el curso del año próximo".

El secretario de Estado tiene previsto iniciar el domingo un viaje a Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajstán, durante el que recabará información sobre las necesidades más urgentes de esas repúblicas, pero en el que, fundamentalmente, tratará de llegar a un acuerdo con los nuevos dirigentes nacionales sobre el desarme nuclear.

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Reconstrucción

La iniciativa propuesta por Baker en su discurso de ayer no es sólo una forma de colaborar para la solución de los problemas más acuciantes de la URSS, sino que incluye una sugerencia de cooperación internacional para reconstruir aquel país en el poscomunismo.

"Junto con nuestros aliados de la OTAN, Japón, Corea del Sur y los otros países de la OCDE", dijo Baker, "junto con los nuevos demócratas de la antigua URSS, podemos ayudar a crear un camino de esperanza para que la nueva revolución rusa sea en beneficio de las generaciones venideras".

La propuesta de Bush es un especie de Plan Marshall para la liquidación de las viejas estructuras soviéticas. Lo que el secreta rio de Estado norteamericano está proponiendo, más allá de la ayuda coyuntural, es un esfuerzo internacional permanente para construir un nuevo modelo de país sobre las ruinas del que hoy se desmorona ante los ojos del mundo.

Un apartado fundamental del discurso de Baker es su propuesta para pagar por la destrucción de las armas nucleares soviéticas como forma de garantizar la paz mundial. Baker sugiere ofrecer a los dirigentes de las nuevas repúblicas dinero a cambio de la destrucción de su poder nuclear.

"Si durante la guerra fría gastamos miles de billones de dólares en misiles y bombarderos para destruir las armas nucleares soviéticas, seguramente ahora podemos gastarnos sólo unos millones de dólares para destruir y controlar esas armas nucleares en tiempos de paz. Nada puede contribuir más a los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos", dijo Baker.

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