Editorial:

El no / sí de Israel

LA NEGATIVA del Gobierno de Israel de acudir el próximo 4 de diciembre a la reanudación de la Conferencia de Paz en Oriente Próximo en Washington y su ofrecimiento del día 9 como fecha alternativa es un rasgo típico de sus reservas a la cuestión de la paz en la región. Isaac Shamir no quiere ceder sin más a la continuada presión de EE UU por negociar el fondo del asunto. Cree que aceptar sin resistencia la fecha que quiere Bush supondría perder la iniciativa en su propia posición negociadora. Tel Aviv ha querido romper desde el principio la solución de continuidad entre el cierre de la sesión ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

LA NEGATIVA del Gobierno de Israel de acudir el próximo 4 de diciembre a la reanudación de la Conferencia de Paz en Oriente Próximo en Washington y su ofrecimiento del día 9 como fecha alternativa es un rasgo típico de sus reservas a la cuestión de la paz en la región. Isaac Shamir no quiere ceder sin más a la continuada presión de EE UU por negociar el fondo del asunto. Cree que aceptar sin resistencia la fecha que quiere Bush supondría perder la iniciativa en su propia posición negociadora. Tel Aviv ha querido romper desde el principio la solución de continuidad entre el cierre de la sesión plenaria y la reanudación de las discusiones bilaterales, probablemente para impedir la formación de una bola de nieve que conduzca imparablemente a la paz sin las matizaciones que pretende.Desde que en Madrid se trató del lugar en que proseguiría la conferencia, el Gobierno de Shamir dijo que aquél debería aproximarse a la zona para regionalizar la discusión y sustraerla a la presión internacional. Al final se ve obligado a aceptar la propuesta norteamericana, entre otras cosas, para conseguir que el Congreso de EE UU ceda en la petición israelí de créditos por valor de 10.000 millones de dólares para continuar con la política de asentamientos en los territorios ocupados, una ayuda tan necesaria que acaba de proponer intercambiarla por la asistencia financiera general que anualmente recibe de Washington.

A Shamir tampoco le gusta tener que pasar nuevamente por el trago de sentarse a la mesa de negociaciones con los representantes palestinos, que de forma creciente se van identificando con el liderazgo en Túnez de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Tanto Hahan Ashraui como Faisal al Huseini, los dos responsables efectivos de la delegación palestina, han sugerido de forma clara su fidelidad a la OLP (que no necesariamente a Yasir Arafat), lo que irrita aún más a Israel ante la escasa posibilidad que tiene de rechazar a unos interlocutores aceptados a regañadientes desde un principio. Lo mismo ocurre con el doctor Abdel Shafi, cabeza visible palestina en la mesa negociadora y uno de los fundadores de la OLP en 1964. No hay duda, finalmente, de que en el tira y afloja de Shamir ha influido el que el laborismo de su rival Simón Peres haya decidido la semana pasada reconocer la nacionalidad palestina, primera vez en que se abre este frente en Israel.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En