Entrevista:

"Los médicos trabajan a destajo y el público la paga con ellos"

El Severo Ochoa es un hospital paradójico: con cinco años de funcionamiento, tiene la mayor lista de espera del Insalud, y al mismo tiempo, los mejores indicadores de asistencia sanitaria. Ofrece unos servicios médicos que harían palidecer de envidia a otros hospitales, y, sin embargo, la población no está satisfecha.Para José Sarabia, de 46 años, especialista en medicina interna y hasta ahora director gerente del centro, la respuesta está clara: "Los medios de que disponemos no dan más de sí". El hospital, con 384 camas, atiende a la población del área de salud número 9, (Leganés y Fuenlabrad...

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El Severo Ochoa es un hospital paradójico: con cinco años de funcionamiento, tiene la mayor lista de espera del Insalud, y al mismo tiempo, los mejores indicadores de asistencia sanitaria. Ofrece unos servicios médicos que harían palidecer de envidia a otros hospitales, y, sin embargo, la población no está satisfecha.Para José Sarabia, de 46 años, especialista en medicina interna y hasta ahora director gerente del centro, la respuesta está clara: "Los medios de que disponemos no dan más de sí". El hospital, con 384 camas, atiende a la población del área de salud número 9, (Leganés y Fuenlabrada), es decir, 340.000 personas. Después de siete años al frente del hospital, Sarabia se marcha por cansancio.

Pregunta. ¿Cuál fue el planteamiento inicial cuando se hizo cargo del proyecto?

Respuesta. Nos planteamos crear un hospital acorde con la filosofía de la Ley General de Sanidad, es decir, un hospital integrado en un área de salud, relacionado estrechamente con la atención primaria, olvidando el concepto de hospital como un ente aislado. Apostamos por un nuevo modelo asistencial vinculado a un fuerte compromiso social.

P. ¿Y se ha hecho realidad ese proyecto en estos años?

R. No del todo. Ésa es mi mayor pena: el hospital no está desarrollado y no ha dado respuesta a la demanda social, porque esa demanda es muy superior a lo que el centro puede absorber.

P. En ámbitos médicos, los especialistas del Severo Ochoa tienen fama de ser en general profesionales muy capacitados y vocacionales.

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R. Es cierto. Cuando empezamos hubo un grupo de unos 25 especialistas muy comprometidos que se unieron al proyecto. Hubo también enfermeras y celadores que vinieron en comisión de servicio. La mayor parte de los médicos se dedican en exclusiva a la sanidad pública. Ese ambiente de trabajo se ha mantenido pese a estar todos desbordados.

Población castigada

P. Sin embargo, esa fama contrasta con la percepción que la población tiene del hospital Severo Ochoa.R. Es verdad. Ahí se juntan varias cosas. Las quejas no son por la asistencia clínica. Tenemos el triste honor de ser el hospital con la mayor lista de espera del Insalud. Con semejante presión asistencial, los médicos trabajan a destajo, y encima, el público la paga con ellos. No es justo. Por otro lado, hay que entender la situación de la gente: es una población castigada por el paro y la droga, muy baqueteada. El Severo Ochoa atiende a una media de 320 urgencias al día, de las más altas de Madrid. Sin embargo, nunca ha habido enfermos en los pasillos y el hospital tiene el mayor número de intervenciones quirúrgicas por quirófano y día de España, con una media de 4,3 operaciones.

P. ¿Cómo interpreta estos datos?

R. Simplemente, que el personal se esfuerza, pero los medios no dan más de sí. Por mucho que operes, las camas no son de chicle. En el Área 9 tenemos una buena atención primaria y, sin embargo, el 85% de la gente que viene a urgencias lo hace a petición propia y no por problemas graves. Hay una falta de información y de educación sanitaria.

P. Da la impresión de que han trabajado en solitario.

R. Hemos tenido que luchar constantemente contra la burocracia y el centralismo administrativo, que nos ha llevado a remolque. Me arrepiento de no haber sido lo bastante pesado como para que este área y el hospital hayan tenido todas las posibilidades de desarrollo. El proyecto inicial se ha frustrado en parte porque no ha habido dinamismo administrativo para estar al día en lo que esto iba necesitando. Las instituciones no han entendido el reto de lo que significa el nuevo modelo sanitario.

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