El Ayuntamiento de Puerto Real cierra a General Motors la red de saneamiento

El Ayuntamiento de Puerto Real (Cádiz) procederá a colocar una válvula en la red de saneamiento de las plantas industriales de las factorías Delco y Saginaw, pertenecientes a la multinacional norteamericana General Motors, para evitar el vertido de residuos tóxicos en el colector de la ciudad. La medida puede provocar la paralización de la actividad productiva de ambos centros, dedicados a la fabricación de componentes de automoción, y que emplea a 2.000 trabajadores.

Esta decisión fue anunciada ayer por el alcalde de esta localidad, José Antonio Barroso, ante la falta de acuerdo co...

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El Ayuntamiento de Puerto Real (Cádiz) procederá a colocar una válvula en la red de saneamiento de las plantas industriales de las factorías Delco y Saginaw, pertenecientes a la multinacional norteamericana General Motors, para evitar el vertido de residuos tóxicos en el colector de la ciudad. La medida puede provocar la paralización de la actividad productiva de ambos centros, dedicados a la fabricación de componentes de automoción, y que emplea a 2.000 trabajadores.

Esta decisión fue anunciada ayer por el alcalde de esta localidad, José Antonio Barroso, ante la falta de acuerdo con técnicos y directivos de la compañía. El Ayuntamiento ha abierto un expediente de cierre de la empresa durante un mes al detectarse la existencia de residuos tóxicos procedentes de estas factorías en la red de saneamiento general.

General Motors tiene 10 días de plazo para presentar las alegaciones correspondientes y evitar así el cierre, que, de llevarse a cabo, provocaría un grave trastorno en el proceso productivo de ambas plantas, proveedoras también de la factoría que esta multinacional tiene en Zaragoza.

Delco y Saginaw están especializadas en la fabricación de elementos de dirección y suspensión de automóviles Opel y trabajan también para otras compañías del sector. Las autoridades municipales consideran que General Motors vierte a la red de saneamiento aceites y grasas que superan las 30 partes por millón, límite establecido por el municipio. Sin embargo, los técnicos de la compañía no comparten estos cálculos y niegan que dichos vertidos procedan de este complejo industrial.

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