10 repúblicas soviéticas acceden a firmar con Moscú el pacto económico

Diez repúblicas soviéticas decidieron ayer firmar el próximo jueves, como muy tarde, el tratado económico rubricado a principios de mes en la capital kazaja, Almá Atá, y dieron con ello el primer paso serio para mantener unidos a los Estados que formaban la Unión Soviética. Los dirigentes republicanos decidieron, además, disolver el KGB y formar tres nuevas estructuras de seguridad y acelerar la elaboración del nuevo Tratado de la Unión.

El presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, abrió ayer la reunión del Consejo de Estado -un órgano creado después de la intentona de golpe e integrado ...

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Diez repúblicas soviéticas decidieron ayer firmar el próximo jueves, como muy tarde, el tratado económico rubricado a principios de mes en la capital kazaja, Almá Atá, y dieron con ello el primer paso serio para mantener unidos a los Estados que formaban la Unión Soviética. Los dirigentes republicanos decidieron, además, disolver el KGB y formar tres nuevas estructuras de seguridad y acelerar la elaboración del nuevo Tratado de la Unión.

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El presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, abrió ayer la reunión del Consejo de Estado -un órgano creado después de la intentona de golpe e integrado por los presidentes de las repúblicas que integraban la Unión Soviética- advirtiendo que es inconcebible superar la crisis y aplicar las reformas si no se firman el acuerdo económico y el nuevo Tratado de la Unión.En la reunión participaron Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguizistán, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán. Moldavia y Georgia, dos repúblicas con serios problemas interétnicos que desean la plena independencia de la que ya gozan Estonia, Letonia y Lituania, estuvieron ausentes.

El tratado económico había sido muy criticado en el Consejo de Ministros ruso y llevó a la dimisión del viceprimer ministro y titular de Economía, Yevgueni Sabúrov. Por eso era de crucial importancia la posición que adoptara el líder ruso, Borís Yeltsin. Éste confirmó que subscribirá el documento el próximo jueves, pero puso como condición que para esa fecha estén elaborados los acuerdos sobre materias concretas que prevé el mencionado tratado.

El Consejo de Estado también aprobó formalmente la abolición del temido Comité de Seguridad del Estado (KGB), que en esta forma o en sus anteriores encarnaciones tuvo al país bajo control durante largas décadas. El Servicio Central de Espionaje, el Servicio Interrepublicano de Contraespionaje y el Comité Estatal para la Defensa de las Fronteras son las tres estructuras de seguridad que se formarán en sustitución del KGB. La medida ya había sido adelantada hace unas semanas por el jefe del KGB, Vadim Bakatin, quien seguramente permanecerá a la cabeza del servicio de contraespionaje. Yevgueni Primakov, cercano colaborador de Gorbachov, fue nombrado recientemente jefe del contraespionaje.

El poder de la aborrecida organización fue recortado drásticamente tras el fracasado golpe de Estado de agosto, desarboladura puesta de manifiesto por el derribamiento de la escultura de su fundador, Felix Dzerahiriski, que se erigía frente a la sede central del KGB.

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