De motor a freno y marcha atrás

Dentro de la situación de crisis que atraviesa la construcción de viviendas en España, la de apartamentos turísticos representa un caso extremo. En el año 1985, fueron uno de los grandes motores de la fiebre constructora y el auge del sector.En cambio, desde el año 1990 se han convertido en uno de los frenos para el sector de la construcción, pues ha quedado reducido a nada tras llegar a significar el 25% sobre el total de las viviendas construidas en España.

La euforia de los apartamentos empezó en el año 1985, con la publicación del conocido como Decreto Boyer, qu...

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Dentro de la situación de crisis que atraviesa la construcción de viviendas en España, la de apartamentos turísticos representa un caso extremo. En el año 1985, fueron uno de los grandes motores de la fiebre constructora y el auge del sector.En cambio, desde el año 1990 se han convertido en uno de los frenos para el sector de la construcción, pues ha quedado reducido a nada tras llegar a significar el 25% sobre el total de las viviendas construidas en España.

La euforia de los apartamentos empezó en el año 1985, con la publicación del conocido como Decreto Boyer, que ofrecía a los compradores de segunda residencia un 17% de desgravación. Inmobiliarias establecidas y meros especuladores se lanzaron a la carrera de la construcción en las zonas costeras, a un ritmo que entre 1987 y 1989 alcanzó una media de 50.000 viviendas al año.

Más información

Un

golpe mortal

"Los apartamentos fueron los primeros en tirar de la construcción inmobiliaria en España, pero también lo primero que entró en crisis", explica Manuel Martí, gerente de la Asociación Nacional de Promotores-Constructores. Con la desaparición de las desgravaciones fiscales y las restricciones de crédito inciadas en verano del año 1989, el mercado español sufrió un golpe mortal, del que aún no se ha recuperado.

Paralelamente, el mercado extranjero, especialmente importante en Baleares y en la Costa del Sol, también se ha resentido de la crisis general del sector turístico y de la mala situación económica de países europeos como Reino Unido.

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