FRACASA EL GOLPE DE ESTADO EN LA U.R.S.S.

Occidente puede replantear su política hacia Moscú

El susto que ha sufrido Occidente con la intentona golpista soviética puede hacer variar radicalmente la postura, a veces fría y distante, que han mantenido Estados Unidos y sus aliados europeos durante el proceso de la perestroíka. El anuncio de la caída del mandatario soviético hizo pensar a muchos líderes y a la propia opinión pública mundial que quizá no se ayudó suficientemente a Gorbachov y que las alabanzas y el apoyo verbal no fueron suficientes, y que, en definitiva, se le dejó solo ante el peligro.El regreso del líder soviético al poder, un desenlace digno de un cuento de hada...

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El susto que ha sufrido Occidente con la intentona golpista soviética puede hacer variar radicalmente la postura, a veces fría y distante, que han mantenido Estados Unidos y sus aliados europeos durante el proceso de la perestroíka. El anuncio de la caída del mandatario soviético hizo pensar a muchos líderes y a la propia opinión pública mundial que quizá no se ayudó suficientemente a Gorbachov y que las alabanzas y el apoyo verbal no fueron suficientes, y que, en definitiva, se le dejó solo ante el peligro.El regreso del líder soviético al poder, un desenlace digno de un cuento de hadas, podría servir para desbloquear las reticencias financieras del Grupo de los Siete y para allanar los tratados bilaterales con Estados Unidos aún pendientes de la ratificación del Congreso.

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Si el golpe hizo pensar que Occidente debió apoyar abiertamente a Gorbachov, nada debería evitar ahora que la Unión Soviética consiguiera todo el apoyo economico, político y material necesario para superar el próximo invierno e iniciar su reestructuración económica con mayores garantías y con el respaldo abierto de Occidente.

La vuelta de Gorbachov al poder vuelve a poner sobre el tapete la ratificación del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) y el tratado de reducción de Fuerzas Convencionales en Europa (CFE), que deben ser discutidos en la Cámara de Representantes y en el Senado el próximo mes de septiembre.

También en septiembre, las dos cámaras deberán votar la petición del presidente George Bush consistente en otorgar a la Unión Soviética la cláusula de nación más favorecida, lo que permitiría a la Unión Soviética conseguir productos manufacturados estadounidenses a bajo precio.

En el pasado, esta cláusula le había sido negada a la URSS a consecuencia de sus restricciones con los visados de emigración y la postura de Moscú con respecto a las repúblicas bálticas. Antes del golpe estaba previsto que la cámara abordara este tema el día 15 de septiembre. Transcurridos 30 días, será el Senado el que deberá dar su opinión.

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Se deberá aprobar también, y de forma urgente, la petición de Bush de conceder 1.500 millones de dólares en un crédito garantizado a la Unión Soviética para la compra de productos agrícolas norteamericanos durante los próximos nueve meses. Hasta ahora, los bancos norteamericanos se habían opuesto a este crédito, a pesar de que la Administración avalaba el 98% del dinero.

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