Hassan II mantiene encarcelados a cientos de presos políticos

La liberación el pasado viernes de 40 presos políticos marroquíes no resuelve el problema de la detención política en Marruecos. El partido nacionalista Istiqlal ha resaltado que aún siguen encarcelados todos los presos islamistas, así como numerosos grupos en las prisiones de Marraquech, Safi y otras ciudades.El comunicado del Ministerio de Información que anunciaba la amnistía real precisaba que no se beneficiarían de ella los presos que no hubiesen reconocido la marroquinidad del Sáhara Occidental. Sin embargo, los islamistas condenados nunca han defendido una tesis contraria a la oficial e...

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La liberación el pasado viernes de 40 presos políticos marroquíes no resuelve el problema de la detención política en Marruecos. El partido nacionalista Istiqlal ha resaltado que aún siguen encarcelados todos los presos islamistas, así como numerosos grupos en las prisiones de Marraquech, Safi y otras ciudades.El comunicado del Ministerio de Información que anunciaba la amnistía real precisaba que no se beneficiarían de ella los presos que no hubiesen reconocido la marroquinidad del Sáhara Occidental. Sin embargo, los islamistas condenados nunca han defendido una tesis contraria a la oficial en este terreno.

Tampoco han sido liberados Abraham Serfaty, dirigente de la organización marxista-leninista clandestina Ilal Amam, y otros tres compañeros suyos: Ahmed Rakiz, Ahmed Ait Bennacer y Abdalah Harif. Este grupo de cuatro, que se encuentra en la prisión central de Kenitra, lleva más de 17 años encarcelado. El propio rey Hassan II había afirmado, en declaraciones a los medios de comunicación franceses, que "la gracia real no tocará al señor Serfaty mientras no reconozca que el Sáhara es marroquí". El preso político más antiguo de Marruecos, detenido también en Kenitra, es Ahmed Jiar. Se trata de un ex resistente arrestado en 1972 y condenado a muerte dos años más tarde.

Las listas de las organizaciones marroquíes de derechos humanos comportan más de 250 nombres de los que sólo han sido liberados 40. A esta cifra hay que añadir, según el abogado Abderrahman Ben Amar, presidente de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, casi 1.000 personas condenadas a raíz de las manifestaciones de diciembre de 1990 y principios de 1991.

Amnistía demasiado corta

La amnistía, que los demócratas marroquíes esperaban ampliar, se queda demasiado corta y no resuelve ningún problema de fondo relativo a los derechos humanos. Los partidos de oposición pedían medidas capaces de sanear el ambiente político, con el objetivo de reforzar la cohesión nacional para hacer frente a las amenazas que acechan al Sáhara Occidental. La Unión Socialista de Fuerzas Populares, el Istiqlal, el Partido del Progreso y el Socialismo y la Organización de Acción Democrática Popular desean, que se liquide este problema para que los "enemigos de la integridad territorial marroquí" no puedan seguir utilizándolo.

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