Una anciana pasa cuatro días hospitalizada sin que le curen una fractura

María Peñuela Rodríguez, de 80 años, no fue asistida de una fractura que sufre en la muñeca de su mano izquierda hasta cuatro días después de haber ingresado, por urgencias, en el hospital Gregorio Marañón. A pesar de que sus familiares advirtieron reiteradamente a los médicos de tal dolencia, Peñuela, que ingresó el 2 de julio, aquejada también de una afección gástrica, no fue atendida de la muñeca hasta el día 6. Mientras tanto, Peñuela soportó fuertes dolores y tuvo la mano hinchada, según relata su nieta, María Vargas Pardo, en la reclamación presentada ante la dirección del centro.
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María Peñuela Rodríguez, de 80 años, no fue asistida de una fractura que sufre en la muñeca de su mano izquierda hasta cuatro días después de haber ingresado, por urgencias, en el hospital Gregorio Marañón. A pesar de que sus familiares advirtieron reiteradamente a los médicos de tal dolencia, Peñuela, que ingresó el 2 de julio, aquejada también de una afección gástrica, no fue atendida de la muñeca hasta el día 6. Mientras tanto, Peñuela soportó fuertes dolores y tuvo la mano hinchada, según relata su nieta, María Vargas Pardo, en la reclamación presentada ante la dirección del centro.

Fuentes del Servicio de Atención al Paciente del Gregorio Marañón señalan que se ha abierto un expediente informativo tendente a esclarecer la posible desasistencia de Peñuela. Su nieta ha declarado que la hospitalización de su abuela ha sido una auténtica odisea. Asimismo, se queja del trato irrespetuoso recibido por algunos sanitarios a los que inquiría sobre la evolución de su abuela.Peñuela acudió al servicio de urgencias después de haber estado vomitando sangre en la madrugada del martes. Una de las veces que fue al cuarto de baño de su casa para vomitar cayó al suelo y se fracturó la muñeca. "Al llegar a urgencias", comenta María Vargas, "estuvimos cuatro horas esperando a que alguien nos informara sobre mi abuela. Por fin, pasado ese tiempo, nos dijeron que la habían hospitalizado", agrega.

Peñuela quedó hospitalizada en la planta sexta, dedicada al aparato digestivo, ya que también sufría un problema gástrico. María Vargas, consciente del fuerte dolor que tenía su abuela en la muñeca, advirtió desde un principio, incluso en urgencias, que su abuela podría tener la muñeca fracturada. "No te preocupes, ya hemos dado parte", le dijo una enfermera el mismo miércoles. Un día después, Vargas observó que su abuela seguía con la mano vendada y que no le habían hecho radiografías. Y volvió a insitir, pero, por segunda vez, sin éxito.

Sin radiografías

El jueves día 4, Peñuela continuaba internada y tampoco se le había hecho la radiografía. Su nieta se enfadó y pidió explicaciones por la demora. "No quedan placas en el servicio del rayos y hay que esperar", le dijo un enfermero. El doctor Velo Belver, especialista en el aparato digestivo, se mostró ante María Vargas visiblemente enfadado porque hacía días que había ordenado que se le hiciera la radiografía y a esas alturas, tras llevar varios días hospitalizada, aún no se le había hecho, explica la nieta de la paciente.El sábado, por fin, le hicieron la radiografía, que confirmó la existencia de una fractura, por lo que le escayolaron la mano. Pero los problemas no terminaron ahí. Según Vargas, poco antes de llegar a radiología, su abuela se llevó un buen susto. Hubo una confusión y, en vez llevarla al servicio de rayos, fue conducida a un quirófano para operarla.

"Yo sólo tengo una mano dislocada", se defendió la enferma. Una médico, que se percató del error, le dijo al poco rato: "Voy a darle una buena noticia: no es a usted a quien vamos a operar, es a otro enfermo; nos hemos confundido".

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Tras el susto fue conducida al servicio de radiología de urgencias. La anciana fue dada de alta el día 8. Sus familiares estudian ahora acudir a los tribunales para solicitar una indemnización por las previsibles secuelas que va a ocasionar a esta enferma la demora asistencial.

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