EE UU repatría a 20.000 norteamericanos amenazados por el volcán Pinatubo

El portaaviones norteamericano Abraham Lincoln y una pequeña flota de la Marina de Estados Unidos que navegaba en dirección al golfo Pérsico recibieron ayer orden de cambiar ruta y dirigirse a Filipinas para repatriar a más de 20.000 soldados y familiares de las bases norteamericanas de Clark y Subic afectadas por la catástrofe del volcán Pinatubo, cuya erupción ha causado al menos un centenar de muertos y millonarias pérdidas.

Las dos instalaciones, situadas a una treintena de kilómetros del volcán, se encuentran parcialmente inutilizadas, sobre todo la ,base aérea de Clark, que se ha ...

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El portaaviones norteamericano Abraham Lincoln y una pequeña flota de la Marina de Estados Unidos que navegaba en dirección al golfo Pérsico recibieron ayer orden de cambiar ruta y dirigirse a Filipinas para repatriar a más de 20.000 soldados y familiares de las bases norteamericanas de Clark y Subic afectadas por la catástrofe del volcán Pinatubo, cuya erupción ha causado al menos un centenar de muertos y millonarias pérdidas.

Las dos instalaciones, situadas a una treintena de kilómetros del volcán, se encuentran parcialmente inutilizadas, sobre todo la ,base aérea de Clark, que se ha visto cubierta por la capa de cenizas que arrojó la montaña. Poco después de que el Pinatubo entrara en actividad hace una semana, la casi totalidad del personal de Clark había sido trasladado a la base naval de Subic.Tanto Clark como Subic son las dos mayores instalaciones militares que Estados Unidos tiene en Asia. Subic es el cuartel general de la Séptima Flota. El Lincoln y varios barcos de guerra recogerán a los soldados y sus familiares y los llevarán hasta la isla de Cebú desde donde regresaran a su país en aviones especiales.

El aeropuerto de Manila está todavía cerrado como consecuencia de la emisión de gases y de cenizas que originó la explosión del volcán y que ha cubierto con una gran nube negra una extensión muy amplia.

El volcán no registró ayer nuevas sacudidas y los vulcánologos estiman que es probable que haya llegado ya hasta el extremo de su fuerza. Sin embargo, las proporciones de la catástrofe son mayores de lo que se preveía. Oficialmente han sido contabilizados hasta el momento 98 muertos, pero se teme que pueda haber muchos más entre los restos de edificios que se han derrumbados por el peso de la ceniza.

Un área de más de 50 kilómetros en torno al volcán está cubierta de una espesa capa de ceniza. Los suministros de agua y electricidad siguen cortados en una buena parte de esa zona. Se calcula que más de 100.000 personas han perdido sus propiedades.

Las dos mayores ciudades cercanas al volcán, Los Ángeles y San Fernando, han sido evacuadas. Pequeños poblados han desaparecido sepultados en medio de la lava y del fango por las lluvias caídas durante el fin de semana.

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Treinta muertos

Una de las localidades más afectadas fue Olongapo, donde murieron una treintena de personas. La mayoría de las víctimas se produjeron a causa del derrumbamiento de los tejados de las casas por el peso de las cenizas. Una niña norteamericana falleció en la base de Subic.

Por otra parte, el volcán japonés Unzen, en la isla meridional de Kyushu, no da muestras todavía de apagarse después de tres semanas de furiosa actividad, que ha provocado el trágico saldo de 39 muertos. Las autoridades advirtieron ayer a los 180.000 habitantes que viven en la península de Shimabara que extremen las precauciones ante el serio peligro de nuevas embestidas.

Aproximadamente 10.000 de los 44.000 habitantes del pueblo de Shimabara y de aldeas cercanas han sido evacuados.

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