La utopía del pintor Torres-García, en la mayor retrospectiva

El Museo Reina Sofía inaugura también una muestra sobre la escuela del artista

El ex director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y actual conservador jefe del Museo Thyssen Bornernisza, Tomás Llorens, vuelve a las salas del Reina Sofía como comisario de la retrospectiva del artista uruguayo Joaquín Torres-García (1874-1949), que se inaugura esta tarde. A través de 120 pinturas y objetos se muestra la búsqueda utópica del pintor para unir la naturaleza y la cultura.

La exposición de Torres-García, la más completa presentada en España, se complementa con otra, La escuela del Sur, organizada por la Archer M. Huntington Art Gallery, sobre la escuela ...

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El ex director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y actual conservador jefe del Museo Thyssen Bornernisza, Tomás Llorens, vuelve a las salas del Reina Sofía como comisario de la retrospectiva del artista uruguayo Joaquín Torres-García (1874-1949), que se inaugura esta tarde. A través de 120 pinturas y objetos se muestra la búsqueda utópica del pintor para unir la naturaleza y la cultura.

La exposición de Torres-García, la más completa presentada en España, se complementa con otra, La escuela del Sur, organizada por la Archer M. Huntington Art Gallery, sobre la escuela taller fundada por el pintor en Montevideo, con 150 obras de artistas vinculados a la Asociación de Arte Constructivo (Ragni, Acle y Torres), de sus dicípulos (Fonseca, Alpuy, Matto, Pailós, Gurvich) y de su legado en el arte latinoamericano actual (Paternosto, Puente, Ríos y el grupo Ojo del Río). La muestra de Torres-García se presentará en el IVAM de Valencia en septiembre, y la de su escuela, en centros de Estados Unidos y México.Las dos muestras figuraban en el calendario de Tomás Llorens, destituido como director del Reina Sofía en diciembre de 1990. La actual directora, María Corral, ha modificado algunos títulos de la programación y hasta la fecha se han caído las exposiciones sobre Viena, fin de siglo y la dedicada al vanguardista soviético Gustav Klucis.

"La propuesta alternativa de Torres-García, centrada en una utopía, la unidad perdida entre naturaleza y cultura, tiene un enorme valor actualmente" dice Tomás Llorens, crítico e historiador del arte, que ya en 1985 empezó a pensar en esta exposición. "Su honestidad ética se traduce en una honestidad estética que llega a nosotros, así como su inclinación por materiales y texturas pobres y una expresión pictórica directa, sin trucos".

Cultura catalana

El montaje recoge de forma cronológica cinco grandes etapas o maneras de su arte. Nacido en Montevideo en 1874, a los 17 años llega con sus padres a Barcelona, en el momento estelar de la cultura catalana que enlaza con la segunda generación modernista. "Torres-García desarrolla el proyecto noucentista, con la vuelta al clasicismo atemporal como ruptura con el naturalismo del siglo XIX", dice Llorens. Entra en conflicto con Eugenio d'Ors y los líderes políticos, "por ser su arte demasiado radical", a partir del encargo en 1911 de decorar el salón Sant Jordi del palacio de la Generalitat. Su inspiración en la tradición grecorromana y el primitivismo crea polémica hasta rescindirse el contrato.Con la marcha de Cataluña en 1920 (cinco años más tarde se llegaron a tapar sus frescos) inicia una serie de viajes entr e Europa y Estados Unidos, una etapa marcada por sus preocupaciones didácticas, la construcción de juguetes y su encuentro con Duchamp. En la exposición figura un álbum con sus apuntes sobre Nueva York que da paso en París a experimentos en objetos de madera, la creación de Cercle et carrè y al constructivismo sintético.

A su regreso a Montevideo en 1934, realiza unas composiciones constructivas "totalmente abstractas" junto a su interés por las culturas precolombinas, "con colores primarios trágicos e íntimos que constatan la imposibilidad de la utopía". "Toda la obra de Torres-García tiene una profunda unidad", según Llorens,

y se mantiene fiel a una utopía primitivista, al mito platónico de la Atlántida. La cultura tiene necesidad de las leyes de la naturaleza es su utopía moderna. La modernidad como regeneración. Cuando regresa a Uruguay cree que la gran utopía se encuentra en la civilización precolombina, cuya arqueología evidencia esa especie de orden humano emergido de las leyes naturales universales, en donde la razón forma parte de la naturaleza".

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