Objetivo permanente

., El máximo responsable militar de la provincia de Guipúzcoa ha sido un objetivo permanente para ETA, la última vez el pasado 2 de enero. En aquella ocasión, la víctima fue el coronel Luis García Lozano, de 56 años, quien fue ametrallado por el comando Donosti cuando se dirigía en el coche oficial desde su despacho a su residencia en los cuarteles de Loyola. 15 disparos con una metralleta alcanzaron su cuerpo. Murió en el acto.En 1979, el general de brigada Lorenzo González Vallés, de 59 años, fue asesinado de un tiro en la sien, cuando paseaba con su esposa por el paseo de la Concha, ...

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., El máximo responsable militar de la provincia de Guipúzcoa ha sido un objetivo permanente para ETA, la última vez el pasado 2 de enero. En aquella ocasión, la víctima fue el coronel Luis García Lozano, de 56 años, quien fue ametrallado por el comando Donosti cuando se dirigía en el coche oficial desde su despacho a su residencia en los cuarteles de Loyola. 15 disparos con una metralleta alcanzaron su cuerpo. Murió en el acto.En 1979, el general de brigada Lorenzo González Vallés, de 59 años, fue asesinado de un tiro en la sien, cuando paseaba con su esposa por el paseo de la Concha, en San Sebastián. El crimen se realizó a las 12 del mediodía del 23 de septiembre, cuando el paseo estaba más concurrido. Los asesinos huyeron a pie. En enero de ese mismo ano, ETA asesinó al comandante José María Herrera, ayudante del gobernador militar. Fue ametrallado en San Sebastián cuando subía a su automóvil.

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El atentado más brutal fue cometido el 25 de octubre de 1986. ETA colocó un artefacto explosivo en el techo del coche oficial del entonces gobernador militar, el general de brigada Rafael Garrido, de 59 años. Además del militar, resultaron muertos su esposa, Daniela Velasco, y su hijo, Daniel, de 16 años. Otras 14 personas, entre ellas el soldado conductor del vehículo, resultaron gravemente heridas.

Los activistas del comando Donosti aparecen nuevamente como los principales sospechosos del atentado de ayer contra el gobernador militar en funciones, aunque hay un dato nuevo que fuentes policiales no conocían, y es que en el grupo hay un buen tirador, capaz de acertar a una persona a más de 300 metros de distancia, aunque sea con la ayuda de mira telescópica.

Es un sistema sin riesgos que la banda ya había utilizado: disparar desde un lugar separado del blanco por un obstáculo natural. En esta ocasión los disparos se realizaron desde un alto, y el río Urumea, que se encuentra entre los cuarteles de Loyola y el lugar desde donde se cometió el atentado, impide una persecución eficaz de los terroristas".

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